Thursday, July 29, 2004

Todo salió como se esperaba.  Confieso que abrir los ojos esta mañana me costó más trabajo del que imaginé.  Pues sí.  Levantarme esta mañana fue todo un RETO.  Incluso contemplé largamente la idea de quedarme durmiendo y pensé en volver a la cama, luego de haberme puesto en pie, pero vencí la tentación.  Como recompensa a este esfuerzo, los habituales no se hicieron esperar para empezar a iluminarlo todo con su sabiduría: mientras yo, pobre mortal, tengo que hacer un gran sacrificio para levantarme, una de estas deslumbrantes luminarias debe hacer sacrilegios... Por supuesto, estamos de acuerdo en que levantarse a esa hora y, más aún, forzar a otros a hacerlo es todo un sacrilegio; pero yo, lamentablemente, no alcanzo todavía el punto de iluminación necesaria para reemplazar sacrificio por sacrilegio.  Fuera de eso, todo muy en su sitio.  Al fin, estrenando salones en el bloquesillo G.

En cuanto a los "docentes", sólo he tenido el placer de conocer al de empresa y el de medios.  El primero, como buena gente, medio aburridor (pero a esa hora quién no), aunque la clase pinta.  El segundo, interesante, interesante... posiblemente llegue a ser uno de los premiados.  De los demás puedo decir, según mis averiguaciones, que la de planeación y el de com virtual tienen toda la pinta de ser unos psicorígidos escueleros de los que tanto odio: "llamo lista todas las clases, hago trabajos y talleres, si no llega en punto cierro y lo dejo por fuera, no hago concesiones de ningún tipo por nimias que sean, si habla hay tabla, si se ríe hay tabla, etc"Aunque yo no confío mucho en los conceptos recibidos, así que esperaré a ver por mi cuenta.  Finalmente, los encuentros agradables de la jornada: Fraga, Vicky, Shrek, la pasajera y su galo acompañante.

Wednesday, July 28, 2004

Hoy sí cierro, oficialmente, la temporada de vacaciones junio-julio 2004.  En resumen, una buena temporada.  Esta vez mis cometidos vacacionales fueron más realistas que otras veces y pude cumplir gran cantidad de ellos.  Entre otras cosas, se leyó más, se escribió más, se vio más cine, se anduvo más, se durmió menos de noche y más de día, se restablecieron la mayoría de contactos rotos y se solucionó lo de la tesis, por lo menos en su primera parte.  También hubo tiempo para el desorden, como bien lo dijo Astrid: “como siempre armando el desorden”, y para conocer gente.  Se quedaron algunas cosas por ahí, que aún pueden ser retomadas, ya que para todo hay tiempo.

Ahora, en cuanto a lo que está por venir, me alegra inmensamente volver a tener clase con el señor Enrique Serrano; viene cine en forma efectiva; buenos cursos libres y, al fin, un horario razonable… eso sí, con la ineludible y odiada madrugada, pero me la aguanto.  Veremos.

Tuesday, July 27, 2004

Esto NO es Vida
 
... Y yo que pensaba que me había quedado como en los 16 años, pero no.  Ahora resulta que me enfermo como una china chiquita!  Y me dan dizque jarabe pediátrico: "analgésico-antipirético para niños con agradable sabor a frutas", con un intento de morraco entre dragón y dinosaurio en el empaque.  Pero quiero hacer especial énfasis en la frase para niños con agradable sabor a frutas  ...Sí, atendiendo a lo dicho al inicio de este post, se puede decir que sigo siendo una niña y, además,  debo tener agradable sabor a frutas porque el jarabe funcionó.  Por otra parte, eso de sentir sed y calor infernal a media noche era una sensación que casi había olvidado.  Situación esta que motivó el uso del termómetro y dio pie a uno de los dichos más grandiosos de mi madre ante la imposibilidad de bajar el mercurio "Esto no baja ni dándole consejos".  Por último, quiero quejarme: Ya estoy mamada de que mi madre quiera rellenarme a punta de suero!!! LO ODIO!!!
2:1

La primera vez que hubo problemas con alguien llamada Clara fue en el colegio con mi profesora de español.  En 8º me dejó habilitando un logro de normatividad, porque me dio un ataque de risa en una de sus clases, en la última semana!!!  En 10º, quiso hacerme perder una exposición por causas totalmente ajenas a mi voluntad y, como no pudo, me tachó de “irreverente y displicente” y me acusó de ello con mis padres.  Pero mi papá tuvo el buen tino de refutarla con demoledores argumentos. 

En el 2004, aparece otra Clara (igual de tonta a la anterior), con la misión de evaluar mi documento de revisión.  Tarea para la cual ha demostrado, sobradamente, no ser la persona más idónea.  Pero, nuevamente, hay motivo para celebrar:

Mariann says:
hable con el profe Jorge
Mariann says:
no se te olvide mañana llevar la dichosa carta de la tesis
Adri -A little tenderness, beauty and wisdom- says:
ah si
Adri -A little tenderness, beauty and wisdom- says:
ke dijo el profe?
Mariann says:
que no nos preocupáramos más por eso
Mariann says:
que el habia hablado con Clara
Adri -A little tenderness, beauty and wisdom- says:
jeje
Mariann says:
y que él le había dicho que él mismo se iba a encargar de esa tesis
Adri -A little tenderness, beauty and wisdom- says:
eeeeeeeeeehhhhhhhhh!!!!
Mariann says:
entonces que la aprobacion ya esta asegurada
Mariann says:
así que ya podemos empezar con el anteproyecto
Adri -A little tenderness, beauty and wisdom- says:
y ke dijo el profe que le habia dicho clara???
Mariann says:
no, que a ella se le había olvidado
Adri -A little tenderness, beauty and wisdom- says:
que QUE????

… Ante la muy evidente ignorancia en el tema, falta de disposición y carencia de argumentos propios y sólidos a la hora de emitir un juicio evaluativo por parte de doña Clara, no puedo menos que celebrar.

Saturday, July 24, 2004

Réquiem (10)

Ese día era domingo y la casa estuvo atestada de gente toda la tarde.  A las diez de la noche sonó la puerta y se escuchó un alboroto sordo del que nadie podía tener conciencia.  A todos se nos heló el corazón, y nadie miró a nadie, porque no era necesario decir, ni siquiera con la mirada, lo que ya todos sabíamos.  Todos bajaron corriendo las escaleras.  Yo me quedé sentada, dándome tiempo.  No necesitaba bajar para comprobar lo que sabía y eso tampoco cambiaría los hechos sucedidos.  Al fin bajé para pararme frente a la situación.  Ya todos se habían quedado callados.  Creo que la realidad no daba tregua a sus imaginaciones y no podían creer lo que estaban viendo en ese preciso instante.  El silencio fue tan solemne, que casi parecía pecado atreverse a romperlo.  Volví a subir sola y escribí algo que ya nadie leería.  Sentía frío, pero no del clima, sino un frío desde adentro.  Sin embargo, no sentí nada más, aparte de las ganas de permanecer en silencio.  Me acuerdo de haber escuchado una palabra de quien menos esperaba recibirla y pensar “usted no se preocupe por mí, gracias”.  También hablé con alguien.  Repetí lo sucedido en un intento de repetírmelo y hacérmelo entender a mí misma, como suelo hacerlo en esas ocasiones.  Esa noche no dormí.  Eran las cinco de la mañana del lunes, y yo debería de estar levantándome para ir al colegio… pero ese día tenía una excusa para no ir.
+ Adriana al Teléfono
 
Sabía que iba a pasar algún día y ya van dos veces…  Hola.  Con quién hablo?  ----  Ah, hola.  (Momento, momento… qué? con quién?).  Bla, bla, bla… (Ah sí, ya, ahora sí). 

¿Qué pasa con la gente, aparte de tener el mismo nombre, les dieron la misma voz a todos?

Tuesday, July 20, 2004

"What if you dreamed that you walked the fields of heaven, and that you plucked a beautiful flower there? And what if you woke up the next morning, and you had that flower in your hand? What then? Eh? What then?"
 
Samuel Taylor Coleridge
 
Juro que me desperté, alcancé el libro de la mesa de noche y escribí dos frases, aunque las páginas en blanco digan todo lo contrario!

Sunday, July 18, 2004

Siempre me ha parecido algo siniestro eso de comer cosas que tengan forma de animales o muñecos (galletas, gomas, etc), por aquello de que siempre se les va descuartizando a mordiscos hasta terminar con ellos...  Volví a pensar en eso ayer, mientras le arrancaba las patas a un osito de goma y me acordaba de los juegos infantiles "ay, el osito ya se quedó sin orejita" (y lo peor es que el osito seguía sonriente).  O, en el peor de los casos, "el muñeco ya no tiene cabeza"  Esta es una idea que he reafirmado, especialmente, desde que vi Audition.  Ahora, yo me pregunto ¿por qué carajos los dulces tienen que tener estas formas habiendo tanta variedad en el mundo que nos rodea?
Asisitimos a la versión número 3 de Farsagonistas de Novela: el suplicio no termina nunca.  En verdad, Colombia espera que éste sí sea el juicio FINAL.  Pero hablemos de la presentadora, Doña Amparo.  La verdad es que yo creo, a juzgar por su entonación, que ella está confundida y cree que está presentando Naturalia 3, el juicio final.  Nótese que la señora esta (que se resiste a convertirse en una venerable anciana de nuestra televisión) habla con un sonsonete similar al de Gloria Valencia de Castaño.  Deberían prepararle libretos más acordes, algo así como: "hoy despedimos a un ejemplar de la especie farsantis trepadorum...", etc.  Qué educativo, señores, qué educativo.

El teléfono sonó.  Entonces una voz empezó a hablar y yo, relacionando cosas, empecé a maquinar a la velocidad de la luz la mentira que iba a decir... "ah sí, es que...", pero no hubo necesidad.  Sólo era para decir otra cosa...

-¿pero qué es esta vaina, ola? Para eso sí sobra creatividad, no?
-Bue... Sólo cuando es necesario.

Friday, July 16, 2004

The Journey

Hace un año, en muuuy distintas circunstancias y por motivos varios, decidí darme este espacio que me hubiera hecho falta.  Y bueno, muchos y variados acontecimientos han pasado por aquí en todo este tiempo, al igual que recortes de todo tono y tipo de ánimo.  Así que, en el marco de esta ocasión, he decidido hacer un collage, Aquí y Ahora, con algunos de estos recortes (y otros que no pasaron por aquí, pero están).  Bien entendido, me dedicaré a hacer un breve recuento de lo que fue este año, que yo definiría como el año del viaje.  Básicamente, hablaré de los protagonistas que han contribuido de una forma u otra a la existencia de este amontonamiento de palabras y fragmentos, para tratar de desintoxicarse un poco o, simplemente, escribir por escribir.
 
La serpiente y sus consecuencias, por ser las principales causas de la mayoría de lo que viví, sentí o pensé, especialmente durante el último semestre del 2003.  Juan Diego, por proponerme la genial idea de entrar en este mundillo del blog.  Los conductores de vehículos del servicio público, que han aportado su cuota, con un toque de adrenalina que casi logra infartarme al principio de todo esto.  Cerati, Borges, Burgess, Charly, Fito, Ciorán, Cortázar, Sartre, The Rolling Stones, Calamaro, Los Simpsons, Sweet Surrender, Caicedo, The Doors, Baudelaire, Garbage, Cranberries, Poe, Flaubert, Dalí,  Drácula, Pink Floyd, Chagall, Nada en la Nevera, por hacer parte de mi vida como gustos, algunos mucho más fuertes que otros.  Los placeres oníricos que, aunque a veces se me van, intentan configurar otra vida más salida de mi control.  El dolor de cuello y de cabeza, que también puyan.  Jorge Fraga y sus valiosas enseñanzas, su cercanía, su colaboración y sus votos de confianza con cosas como el corto y el docu.  Angie y su patanería, sumada a su interés en las cuestiones ajenas.  Ma. Carolina C. y su clase de ética, que me aburrió, pero me sacudió en el momento indicado.  El odio a la madrugada.  El placer de la lectura.  El síndrome de suicidio del domingo.  La resaca y el malestar post-drinks.  Diana B. y su clase de metodología, con su odio a Leo y compañías, sus alardes de investigadora y su ‘no hacen nada bien’.  La pasajera en trance y la despedida.  Camilo y sus esfuerzos por entenderme con sus presunciones de ‘lo sé’, pero, por encima de lo que sea, su invaluable apoyo en medio de la tormenta.  Dani ‘the child’, we got the power, la conexión y la distancia.  Los momentos perfectos.  Alexa y sus maravillas (con mención especial).  El Externado con todas sus joyas.  La náusea de los miércoles de publicidad, 7 a.m. (julio-noviembre 2003).  Los extraños a los que les gusta hacer conversación, preciso conmigo!  El desastre del día sin carro.  Las tardes y el clima.  El stress y las pérdidas de tiempo.  La lluvia y sus influencias.  El placer de la propiedad de MIS cosas (mis cosas favoritas).  El tesauros… y el cólico de la tesis.  Las infaltables y paliativas quejas.  Los maltratos infligidos al lenguaje por personajillos de medio pelo.  La semana del corto y la música.  La falta de compromiso que por un tiempo dejé apoderarse de mí.  La civilidad de la gente en transmilenio: “un amigo que nos cambió la vida”.  Nosferatu.  Los compendios de cosas.  Dianis P. con mención especial por todos los episodios con que nos ha iluminado.  La vulgaridad y la grosería.  Halloween y los disfraces.  Aquellos huecos telefónicos.  Serrano y la excelente clase de Problemas Contemporáneos, algo que realmente vale la pena.  Las vacaciones, como no.  Las cosas imposibles.  Los “étsitos detzembrinos”.  El osazo que me mandé con Anita por tramposa.  La luna y el garrafal error del 6 de diciembre, que me dañó el final del año y todavía me asusta a veces.  Las compras de navidad.  El cielo azul de Bogotá, las mañanas azules y like a sunset going down… Los Jaidiber, Lisney, Clodomiro, Luswig, Deyanira y otros grandes del mundo.  Bogotá calentana y los baños de sol mañanero, afuera del bloque E.  Los presagios, a los cuales debería hacer más caso.  El aburrimiento en Políticas Mundiales.  Los retornos, las vueltas sobre el mismo punto.   El ocio, y no hago más na’.  Las campanas de la iglesia de Egipto.  Finanzas y la evidente carencia absoluta de destreza con los números por parte de personajes inimitables.  La nueva noticia: el inicio del regreso de la nueva niña.  Beautiful Stranger.  Las niñas del cole.  Muchos recuerdos.  Moncayo y la clase de Gestión Integral.  La sabiduría popular.  Los objetivos y las estrategias, no emplee ninguna de las últimas, pero los primeros los logré.  Alexandra F. y sus “siempre amables” comentarios.  Las figuras.  El tiempo.  Anabeja.  Los libros.  La ira asesina.  Posts muertos.  Los que ya no están.  La osita, mejor conocida por ser autora de la teoría de la energía cinética, lo cual es mérito suficiente para una mención especial.  Los “docentes”.  Versiones recortadas de los queridos míos.  Imágenes.  Recuerdos en canti.  Los lunes de reflexión.  La princesa Monilda, con mención especial, por supuesto.  Dieguito, el sol de nuestra casa.  La depresión fundida.  Las noches (bien y mal dormidas).  El sarcasmo.  Todos los que se han tomado la molestia de pasarse por aquí y han dedicado algo de su tiempo a leer lo que hay (con o sin comentarios), incluidos los que han tenido la gentileza de linkear estos fragmentos.  Ojalá que, por lo menos una palabra, pese a ser cosas totalmente subjetivas, les haya aportado algo.  Ah… y si alguien me ha linkeado y no tiene link aquí, nomás diga para devolver la cortesía.

Wednesday, July 14, 2004

 “Tenía miedo de robar esas manos que ‘el niño’ traería siempre cerradas para calentar su pedacito de hielo”.
Eva Está Dentro de su Gato, Gabriel García Márquez.
Tenía miedo.  Eso, claro, fue al principio.  Cuando no sabía cómo actuar, cuando se sentía estúpida, cuando sentía que estaba comparando, buscando, extrañando, lamentando.  Cuando su mirada estaba lejos, ausente; pensando.  Cuando el hielo era infranqueable.  Tenía miedo de robar esas manos y no poder devolverles nada a cambio.  Pero las manos de ‘el niño’ lograron calentar el hielo, deshacer el miedo.  Ya no tiene miedo y lo sabe.  Robó las manos que le pertenecen para siempre.  ‘El niño’, denominación que en su voz tiene toda la dulzura del mundo, el único que podrá calentar siempre ese pedacito de hielo.

Es la 1. Siempre termino a la una. Miré el reloj con satisfacción. Otra vez va a ser duro habituarse a levantarse cuando todavía es de noche. Tres horas o cuatro no son lo mismo que 8, 9 o casi 12. Ese descuadre, ya te lo he dicho, hija, es tu culpa. ¿Por qué no tratas de dormirte más temprano? No puedo. Esto empieza a preocuparme, decía cuando había dejado de dormir por la imposibilidad de conciliar el sueño… ¿Qué tal morirse de insomnio? No. Estaba en esa presión extrema que maximizaba las energías y dilataba los límites de la capacidad de aguante. No había lugar para el cansancio. Pero no importaba. No había mayor problema, porque en el tiempo que estaba por venir se podía dormir a cualquier hora; a las 4 de la tarde, si le daba la gana al cansancio anular las fuerzas y reducirle a un ente durmiente, como ese día que no pudo más, luego de una semana de casi no dormir. Cuando lo peor pasó y la calma volvió, el sueño también lo hizo. No temprano; nunca temprano, porque esas son horas absurdas y casi no recuerda un cansancio de esos que le hacían desear acostarse temprano. Pero era lo mismo siempre. Dormirse tarde, algunas veces casi a la hora que la cotidianidad rígida de la mayoría del año le obligaba a levantarse. Pero, obvio, la levantada tempranera era igual de absurda. El día empezaba tarde detrás de esa persiana verde, donde difícilmente se sabía que era de día, aunque afuera el sol estuviera deshidratando al mundo desde hacía seis horas, o las nubes hicieran parecer que ya casi iba a anochecer. Ya volverá otra vez lo demás… Mantener el capricho del noctambulismo hasta que no dé más, hasta que el cansancio le haga dormir más temprano. O adelgazará otra vez, a fuerza de resistirse, y el dolor de cabeza volverá, constante, como un taladro, como una sensación muda, invisible. Tú dale tiempo, ya volverá.

Saturday, July 10, 2004

Home, Sweet Home
Nuestra muy querida pasajera en trance arribó a Colombia, según lo pronosticado, el pasado domingo 4 de julio.  Ahora, todo está mucho mejor, para todos.  La verdad es que esa mañana nadie estaba feliz, pero nadie decía nada.  “Si uno no puede seguir viviendo como vive, tiene que hacer algo”, coincidimos categóricamente días antes de su partida, cada una con sus líos y con sus soluciones o no.  Y, efectivamente, hubo que empezar a vivir de forma diferente.  Mucho más aplomada y más feliz, la excelente persona que conocí no ha dejado de serlo.  Por eso, me alegra ver tan feliz a una persona tan especial y que se lo merece.  Por otra parte, el retorno al hogar, también, ha servido para redescubrir a esas personas que alguna vez estuvieron tan cerca y reconfirmar por qué han sido y siguen siendo quienes son, además de conocer a otras igualmente maravillosas.  Para fortuna (¿o infortuna?) de nuestra salud mental, vuelven también los célebres planes de café en Oma, entre otros, “para hablar de nuestras vidas infames”, en palabras de la pasajera; los cuales, ya empezaban a hacer falta, luego de que Ricardo, por ejemplo, le confesara a Ximena que el plan de panadería le parece una mamera.  Summer’s almost gone, muy a nuestro pesar, las vacaciones están por terminar, pero está bueno el cierre y queda mucho por hacer.

Monday, July 05, 2004

-No vuelvas a hacerme eso
-Me lastimas
-Y tú a mí.  Retráctate
-Me equivoqué
Brittany Murphy y Dakota Fanning, en Uptown Girls
 
Me equivoqué.  Ya sé que hace mucho que tendría que haber dicho esto, pero lo estoy diciendo ahora.  Casi un año después, lo digo por todas las veces que debí decirlo y porque así muere, definitivamente, uno de los peores lapsos que haya vivido.  Esto casi podría ser un epitafio para todo eso.  Es todo.
“Saltaste, caíste, miraste, fallaste, supiste quién sos
Probaste en el aire el vacío absoluto
Y caíste no todo en tu vida depende tan sólo de vos”
Absolut Vacío, Fito Páez

Empezó con la serpiente aquella. La pérdida de control, la ausencia del presumible poder, del tiempo, de la risa. La confusión, las emociones y las ideas enredadas. Un discurrir agitado, pero lento, fragmentado e incoherente, debajo de un sol y un calor, más pegajosos y odiosos que de costumbre. En fin, una bofetada, como bien tuve el tino de describirlo, a muchas cosas horribles de mí y a cosas que debían salir de mi vida… Lo que siguió fue sacar fuerzas de donde fuera, de donde no había, tratar de tener calma, hasta llegar a desarrollar un nivel de paciencia y sacrificio de los que nunca antes me hubiera creído capaz. Por un tiempo, el agua dejó de ser el líquido refrescante y relajante de siempre; para convertirse, más bien, en un suplicio hirviente que me corría por el cuerpo. Fin del pseudo descanso, lo estropeaste todo, hora de volver. Pero, en realidad, yo no estaba volviendo… Empezó el alejamiento. Todo el mundo hablaba al tiempo, preguntaban, advertían, recomendaban, ordenaban. Yo no quería ver a nadie, no quería saber nada de nada. La voz que estaba esperando escuchar habló al principio y al fin lloré, un poquito, porque no iba a volver esto el informe lagrimita, y luego me reí, porque siempre me hace reír, porque siempre sabe cómo ponerme bien, hacerme estar mejor. Chao, clic. Empezaron los días de asfixia, de depresión continua, de distanciamiento, de viaje. Estaba asustada. Pero no decía nada. Cero sentido, pero había que tratar. Pero, al fin, nada es para siempre y el tiempo va volviendo a poner las cosas en su lugar.