No más tinto, ¡por favor!
Últimamente la respuesta a las preguntas:
-"¿Qué se le ofrece? ¿Qué le provoca?", se ha vuelto obvia:
-"¿Un tintico?".
Un día, vale. Pero que ahora ya ni siquiera se tomen la molestia de preguntar...? Como si por el hecho de aceptar un tinto al primer ofrecimiento, uno a toda hora tuviera ganas de tomar tinto, como si el agua aromática o agua normal no existieran. Estoy cansada de tomar tinto a toda hora en todas partes. Por lo menos la gente debería ser un poco más cortés y ofrecer galletitas, bizcochitos, chocorramo, aunque sea un caramelo; ¿pero sólo tinto? Nonono!
Pasando a otros temas más amables, la sensación del año, señores, DEL AÑO, corresponde a la exclamaciòn: "¡Felicitaciones, doctora!".
Por otra parte, aprovecho la ocasión para decir que intentaré retomar la actualización permanente de este blog después de casi un año de inactividad. En fin, no más tinto por ahora... y NO MÁS castigos, Diego!