¿Y para qué tanta ética catedrática? Si es tan fácil hacer debates y disquisiciones en torno a la ética retórica; pero luego a todo el mundo le resulta fácil hacer cualquier cosa.

"Quizá haya enemigos de mis opiniones, pero yo mismo, si espero un rato, puedo ser también enemigo de mis opiniones".

Jorge Luis Borges

...

No me explico con qué derecho hay gente que cree que puede atreverse a meterse en la vida de los demás. ¿Acaso su vida es tan simple y aburrida, que necesitan intentar vivir la de otros? ¿Acaso tienen tan pocas cosas que hacer y tanto tiempo para perder que les sobra para ocuparse de la vida de los demás? Si es así, por favor saquénme de sus listas. No se metan en mi vida, no traten de decirme quién o cómo soy. No se atrevan a conjeturar, ni siquiera a aventurar la más mínima idea sobre cosas que solo me incumben a mí!!!

"El silencio tiene acción. El más cuerdo es el más delirante"
Charly García.

Todavía no se me va la sensación de irrealidad. Todo sigue pareciendo un juego, una ficción, una representación para un públcio que no existe. Todo sigue perdiendo sentido, cayendo en una atmósfera de absurdo. Pero, paradójicamente, todo va adquiriendo una trascendencia, que parece surgida de lo inconsciente y lo habitual.

Vivimos en la era de las estadísticas. Parece que hay tanta gente, que la única forma de controlarlos es esa: codificar, traducir a números. Estadísticas y más estadísticas. Números sin identidad, sin cara. Simples cifras para aglomerar, pero que, en fin, sólo describen cosas a medias. Pero yo veo los números y, definitivamente, no encajo dentro de ninguna de esas categorías y porcentajes. No sé en quién se basarán. En fin...

Nunca me he podido explicar cómo en los sueños pueden suceder cosas que se corresponden con lo que pasa afuera. Es decir, por qué será que en los sueños, pese a que los sucesos son incoherentes, hay cosas que encajan tan bien como para que pasen al tiempo con cosas que estan afuera, es como si tuvieran algún libreto que hiciera que las cosas sucedieran simultáneamente. Como la parte de la Naranja Mecánica en que el protagonista sueña que toca en una orquesta dirigida por Beethoven y éste iirritado le grita al oído; cuando el protagonista se despierta se da cuenta de que lo que está sonando es el timbre de la cárcel.

Hay ciertos momentos en que se me mezclan tantas cosas, tan diversas, en la cabeza que es como si hubiera un corto circuito. Es como estar pensando en cosas tan distantes de mi vida actual y luego tener que compaginarlas y acomodarlas a mi cotidianidad. Tal vez más adelante pueda explicarlo mejor.

En estos días cuando me duele el cuello, he notado una especie de sinestesia... Tengo una extraña costumbre de asignarle sonidos a los dolores; sonidos asociados, sobre todo, a los de las vocales o que generalmente clasifico en agudos y graves. También suelo asignarles colores, aunque eso ocurre con menos frecuencia.

Me siento contenta, satisfecha, agradecida, y tranquila pero, también, triste. Creo que en eso es cuando las cosas que más miedo me dan aprovechan para exacerbarse y asediarme.

Nunca me había dado cuenta, pero cuando más cosas se me ocurren es cuando voy en algún vehículo en movimiento. Siento que pienso con más coherencia y orden en esos momentos y, extrañamente, son de los pocos en que realmente me puedo concentrar totalmente en algo.

Cosas Simples. Esas son, para mí, las mejores cosas de la vida, las que más cuentan… las que realmente cuentan! Son esas cosas simples las que hacen la vida, las que menos la complican y, aún siendo tan simples, pueden suscitar felicidades enormes. Por eso, las cosas que más aprecio son esas… las cosas simples!

No hay como despertarse de una pesadilla y darse cuenta de que no era más que eso y que todo está bien, como uno lo dejó al dormirse. La situación contraria, en la que uno se despierta en la mejor parte de un buen sueño y se lamenta de que sólo haya sido eso, también existe. No obstante, no cambiaría lo primero, ni siquiera por que se cumpliera uno de esos sueños. Ahora que lo digo, la otra noche soñé algo horrible y, en eso, pensaba que ojalá fuera un sueño y me acordaba de las situaciones desagradables de la vida en las que he deseado que todo sea un sueño pero me doy cuenta de que no lo es. Entonces en el sueño trataba de establecer si efectivamente lo era. Sin embargo, era muy real aunque sentía que sí estaba soñando. Hasta que, finalmente, me desperté y lo comprobé.

"Recuerdo el mar
Soñé estar aquí
Y no recuerdo despertar..."

... Y Cerati que me tiene tocada hoy!

No sé por qué, pero me gusta mucho, especialmente, esta parte de la canción. Hay una depresión rara, pero muy placentera que me produce. Y es que se mezclan en mi mente recortes de imágenes… algo que no ha pasado, sino que simplemente imagino; un recuerdo confuso, de una noche en otra ciudad (oscura, rara, parecida a la sensación de esta parte de la canción) hace años, como esperando algo que no sabía qué era exactamente, pero que ahora cuando lo pienso parece como una premonición; y, un recuerdo perfectamente claro, Bogotá, 7 de Junio de 2003… Cerati.

Ya no confiaba despertar… Momentos perfectos.

"Sigue el curso de agua
que nos lleve donde nunca fuimos
por senderos que se bifurcan
por mundos paralelos
En los primeros tres minutos
se hizo el universo
precisamente todo está pasando
aquí y ahora
(...)
En los primeros tres minutos
se escribió la historia
precisamente todo está pasando
aquí y ahora"

¿En qué pensaría Cerati al hacer esta canción?... Porque yo, indefectiblemente, pienso en Borges: los senderos que se bifurcan y La Creación y P.H. Gosse, los primeros tres minutos!

Para Stuart Mill, el estado del universo en cualquier instante es consecuencia de su estado en el momento previo, por lo que una inteligencia infinita podría saber toda la historia del universo, antes y después, a partir del conocimiento perfecto de un solo instante. Igual que la repetición de un estado implicaría la repetición de los otros, haciendo de la historia del universo un ciclo. Sin embargo, en la secuencia de instantes puede intervenir algo que la quiebre; así, dice Borges, "El porvenir es inevitable, preciso, pero puede no ocurrir. Dios acecha en los intervalos". Por su parte, P.H. Gosse propuso un tiempo infinito y totalmente causal; Borges explica que el primer momento del tiempo coincide, como dice San Agustín, con el momento de la creación, pero este implica, igual que un infinito futuro, un infinito pasado.

...Entonces, "en los primeros tres minutos se hizo el universo/se escribió la historia, precisamente todo está pasando aquí y ahora"... ??? Lo único claro es que Borges ha sido y será un genio entre los genios. (Y Cerati, por supuesto, uno de mis grandes favoritos)

A veces se me ocuren cosas que me parecen tan tontas... que no sé si merecen ser dichas o escritas, o si es mejor quedárselas... Entonces viene un dilema molesto, en el que al final me canso de pensar y decido no decir nada, o sencillamente por estar pensando en el dilema me pongo pensar en otras cosas y lo que pensaba decir se va.

Definitivamente he desarrollado un trauma respecto a la velocidad... quisiera que volviera mi anterior yo imprudente; es preferible a mi nuevo yo miedoso, en fin. El caso es que ahora noto con indecible facilidad la imprudencia general de la gente al manejar, especialmente los populares "profesionales del volante" (léase conductores de buses, busetas y taxis). ¡Por lo que más quieran, señores, PRUDENCIA! Podrán ser muy profesionales y recorrerse las calles de la ciudad varias veces todos los días, pero eso no significa que no deban tener precaución, fijarse bien en los cruces, hacer los pares y acatar semáforos, ni mucho menos, apostar carreras con sus colegas... GRACIAS.

Basándome en experiencias de la vida cotidiana, me paro frente a una ventana y sólo observo... Como tomar una hoja cualquiera y escribir... Nada es tan importante como para escribirlo, y nada tan intrascendente como para no anotarlo.