Vivimos en la era de las estadísticas. Parece que hay tanta gente, que la única forma de controlarlos es esa: codificar, traducir a números. Estadísticas y más estadísticas. Números sin identidad, sin cara. Simples cifras para aglomerar, pero que, en fin, sólo describen cosas a medias. Pero yo veo los números y, definitivamente, no encajo dentro de ninguna de esas categorías y porcentajes. No sé en quién se basarán. En fin...