Esto es algo que escribí hace muchísimo tiempo en la página de un libro de Poe, pero lo había olvidado y lo redescubrí en estos días; así que me pareció válido publicarlo.
Acabo de entender por qué el personaje Oliveira, de "Rayuela", prefería no explicar las cosas con palabras; es decir, todo lo de su aversión por la dialéctica. Y, aunque debo reconocer que en el momento de leerlo no lo comprendí totalmente, debo decir que ahora que ha llegado a mí como una iluminación, justo cuando pensaba en una de las sensaciones que me acompañan constantemente (aquella de que la música es la "banda sonora" de la vida), creo haberlo comprendido bien y, en esa medida, me siento identificada con ese pensamiento de que sería mejor no explicar las cosas con palabras. Antes pensaba que había ciertas cosas, como las sensaciones personales, que no se podían explicar con palabras por los abismos que existen entre las individualidades y diferentes percepciones de la gente. Pero ahora, a mi modo de entender, no se trata de que no sea posible explicar esas cosas con palabras -ya que quien no se encontrara en condiciones de hacerlo sería incompetente en términos comunicativos- sino de que no se debería. Sería mejor poderlo explicar por otro medio, ya que las palabras crean algunos limitantes y cierta ambigüedad, que hacen que aquellas cosas no se entiendan tal y como el emisor las vive y pretende explicar, sino como el receptor quiera tomarlas y entenderlas.