Debería haber escrito en el momento en que mi lucidez era transparente. Qué momento perfecto para pensar en tantas cosas, con esa luna que parecía un sol perezoso detrás de los cerros, y nosotros en una terraza hablando de todo un poco (hasta de las cosas más triviales que tanto nos hicieron reír). Hacía mucho que no me reía tanto como anoche… Y miré por la ventana sin querer, mientras hablaba por teléfono, y vi todas esas luces que parecían un montón de escarcha dorada regada sobre un fondo negro; pensé en el montón de puntos del jueves, desde la vista privilegiada que tengo ahora; pensé –como siempre– en… fin y far away, so close, con tantas cosas alrededor que siguen hablando; pensé en que siempre hay y ha habido una luz, pero ahora brilla más y eso me pone ansiosa y también me asusta. Todas esas cosas de las que nos escapamos, de lo que somos capaces y ahora sólo tengo buenos motivos. Y todo está muy bien.
---Pensé en lo que pasaría si me quedara aquí escapando de todo, encerrada… y cómo sería el mundo cuando volviera a salir. Quise escribir, pero pensé que ya Andrés lo había dicho.---
Saturday, January 29, 2005
Friday, January 21, 2005
No acaba de empezar el año cuando ya están surgiendo noticias tan magnánimas como la siguiente (tomada de eltiempo.com):
Ya están a la venta las boletas para el concierto del regreso a los escenarios de Diomedes Díaz
El espectáculo musical del intérprete de canciones como Amarte más no pude y Bonita, está programado para el 4 de marzo, en el Estadio El Campín.
El cantante se acompañará por algunos de los mejores acordeoneros que lo han acompañado durante su carrera. Las boletas del concierto valen 194.000, 114.000, 84.000, 74.000 y 24.000 pesos. Estos precios tendrán un 15 por ciento de descuento para quienes las compren antes del 31 de enero y quedarán así: 165.500, 97.000, 72.000, 63.000 y 21.000 pesos. Informes en Ticket Express: 609111.
Nótense los datos resaltados en negrita, y pues de paso ahí le quedan a quien le interesen... Hágame el favor, y el sujeto todavía se da el lujo de cobrar semejantes sumas!
Ya están a la venta las boletas para el concierto del regreso a los escenarios de Diomedes Díaz
El espectáculo musical del intérprete de canciones como Amarte más no pude y Bonita, está programado para el 4 de marzo, en el Estadio El Campín.
El cantante se acompañará por algunos de los mejores acordeoneros que lo han acompañado durante su carrera. Las boletas del concierto valen 194.000, 114.000, 84.000, 74.000 y 24.000 pesos. Estos precios tendrán un 15 por ciento de descuento para quienes las compren antes del 31 de enero y quedarán así: 165.500, 97.000, 72.000, 63.000 y 21.000 pesos. Informes en Ticket Express: 609111.
Nótense los datos resaltados en negrita, y pues de paso ahí le quedan a quien le interesen... Hágame el favor, y el sujeto todavía se da el lujo de cobrar semejantes sumas!
Wednesday, January 19, 2005
Actualizando…
Bastante trabajillo hoy… y lo que viene es cada vez más. Pero no importa, volví rápido a seguir trabajando, porque prefiero mantener la mente ocupada –no estoy segura de que sea en cosas totalmente útiles, porque ya veo que algunas ni siquiera llegan a buen término, sino que quedan estancadas–. Hoy escuchamos música para planchar. Actualmente, sigo contenta y el tiempo está pasando más rápido y con un poquito de susto, pero con actitud.
Bastante trabajillo hoy… y lo que viene es cada vez más. Pero no importa, volví rápido a seguir trabajando, porque prefiero mantener la mente ocupada –no estoy segura de que sea en cosas totalmente útiles, porque ya veo que algunas ni siquiera llegan a buen término, sino que quedan estancadas–. Hoy escuchamos música para planchar. Actualmente, sigo contenta y el tiempo está pasando más rápido y con un poquito de susto, pero con actitud.
Tuesday, January 18, 2005
Esos tiempos ya no vuelven…
Se acabaron esos días de despertarse y pensar si me levanto o me quedo durmiendo; para no hablar de los días de despertarme entre 6 y 8 a.m., mirar el reloj y pensar que todavía es temprano y me quedan unas horitas más en mi cómoda camita; también se acabaron los días de pensar que voy un ratico y llego temprano a mi casita a descansar; y claro –peor aún– los días de decir “hoy no voy”. Ahora pienso en las sucesiones de hechos y en que todo podría ser muy diferente debido a los hechos que desencadenó, y haría podido seguir desencadenando, alguna persona. Pienso en cómo serían las mañanas si tuviera que caminar solo unas cuadras de ida y vuelta, en que a lo mejor me sentiría más libre y más tranquila. Aquí la cosa no está muy tensa –todavía–, tengo tiempo para mí y para mis cosas –incluso me aburro a veces y el tiempo se me hace eterno–, aunque me siento un poco en el aire y como que no sé muy bien lo que tengo que hacer, de alguna forma, como si estuviera jugando a que hago algo que realmente no tiene una importancia vital, sólo porque a mí me parecen cosas fáciles y nimiedades. Ahí es cuando me acuerdo de los días, ya bastante lejanos, en el piso 20 del edificio de Bancolombia, a donde hacía pataleta para que me llevaran. Y bueno, tampoco voy a negar que extraño el tiempo en que tenía más autonomía, en que recibía gratas sorpresas que ya no son, y que me hacen una falta enorme algunas personas. Pero, fuera de todo, me alegra saber que me he ganado lo que me merezco, que aunque extrañe mucho algunas cosas (incluidas ciertas personas) no las necesito, que se abren varias e interesantes posibilidades, que una de las personas que realmente me importan en la vida me sigue queriendo a pesar de todo y que hay formas factibles de lograr en poco tiempo algo que quiero y cuya sola posibilidad de ser me hace feliz.
Se acabaron esos días de despertarse y pensar si me levanto o me quedo durmiendo; para no hablar de los días de despertarme entre 6 y 8 a.m., mirar el reloj y pensar que todavía es temprano y me quedan unas horitas más en mi cómoda camita; también se acabaron los días de pensar que voy un ratico y llego temprano a mi casita a descansar; y claro –peor aún– los días de decir “hoy no voy”. Ahora pienso en las sucesiones de hechos y en que todo podría ser muy diferente debido a los hechos que desencadenó, y haría podido seguir desencadenando, alguna persona. Pienso en cómo serían las mañanas si tuviera que caminar solo unas cuadras de ida y vuelta, en que a lo mejor me sentiría más libre y más tranquila. Aquí la cosa no está muy tensa –todavía–, tengo tiempo para mí y para mis cosas –incluso me aburro a veces y el tiempo se me hace eterno–, aunque me siento un poco en el aire y como que no sé muy bien lo que tengo que hacer, de alguna forma, como si estuviera jugando a que hago algo que realmente no tiene una importancia vital, sólo porque a mí me parecen cosas fáciles y nimiedades. Ahí es cuando me acuerdo de los días, ya bastante lejanos, en el piso 20 del edificio de Bancolombia, a donde hacía pataleta para que me llevaran. Y bueno, tampoco voy a negar que extraño el tiempo en que tenía más autonomía, en que recibía gratas sorpresas que ya no son, y que me hacen una falta enorme algunas personas. Pero, fuera de todo, me alegra saber que me he ganado lo que me merezco, que aunque extrañe mucho algunas cosas (incluidas ciertas personas) no las necesito, que se abren varias e interesantes posibilidades, que una de las personas que realmente me importan en la vida me sigue queriendo a pesar de todo y que hay formas factibles de lograr en poco tiempo algo que quiero y cuya sola posibilidad de ser me hace feliz.
Monday, January 17, 2005
Resumiendo de rapidez los hechos que han acaecido durante los primeros días de este nuevo año, debo decir que, en general, ha empezado bien la cosa y pinta como un año bastante productivo. Mientras que casi todo el mundo a mi alrededor sigue en vacaciones, en algunos casos prolongadas a voluntad (lo mejor que le puede pasar a uno en la vida), yo tengo que madrugar y producir. En fin. Nevó por mi casa… Nunca creí que viviría para ver algo así por aquí, pero sí. Y que no me vengan a decir que cayó granizo, porque literalmente nevó: baste decir que el parque estaba totalmente blanco. Lo malo fue que no pude disfrutarlo debido a las nuevas obligaciones contraídas en los últimos días. Por otra parte, los lugares que he empezado a frecuentar en la última semana, y que harán parte de mi cotidianidad por los próximos seis meses, ofrecen múltiples posibilidades de recrear la vista. Las cosas, hasta ahora, están bien y van mejorando cada día. Ahora tengo una vista privilegiada y es raro cómo la vida me devuelve a recuerdos de mi niñez y me conecta con cosas del pasado.
Tuesday, January 04, 2005
Esta mañana, me desperté a las 4:30 y me asomé a la ventana, pensando que tal vez esa fuera la última noche que pasara ahí -pero no sabía que efectivamente lo era-. Y pensaba en que nunca más volvería a ver esa calle larga donde veía pasar carros a lo lejos; y esa esquina iluminada de amarillo que tanto me gustaba; ni mucho menos esa cantidad de casas y edificios que se extendían hacia el poniente, que en las tardes -y también en las noches y, cómo no, las mañanas azules- me hacían pensar en alguien a quien sentía más cerca cuando miraba hacia allá. Y ese cielo tan inmenso, tan infinito... y esos atardeceres tan rojos, tan violetas, tan... Y al ver la esquina con su luz amarilla, me acordaba de esa madrugada lluviosa -y una noche igual- en que la calle devolvía el reflejo de la luz, empapada por el agua.
Ahora, en este cuarto, esta lámpara es suficiente para que esté todo lleno de luz, mientras el otro se extendía el doble, tanto que el final quedaba en la sombra. Escucho casi los mismos ruidos, pero son más fuertes y más constantes. Sin embargo, creo que las tardes aún pueden seguir siendo tan... y, de pronto, aún más. Y, si fuera posible ver todos los estados de cosas de todos los momentos en un sólo instante, también estaría ese beso que ahora parece algo perteneciente a una vida lejana y totalmente ajena.
Mi lugar. Mi-lugar. M-i-l-u-g-a-r... Raro. ¡Mi lugar! ¡MI LUGAR! Tiempo y costumbre. Creo que mañana aclarará más temprano que de costumbre... y todo fue más fácil de lo que yo esperaba, pero es extraño. Parece que este año no me dio tiempo antes de empezar con las sorpresas y las cosas bizarras. Ja. Yo sigo de visita, de viaje; pero creo que me acostumbraré.
---Ah, tambíén vale decir que, muy a mi pesar, me ausentaré por un tiempo... indefinido, si me atengo a los hechos actuales. Espero que no sea mucho.---
La canción del día: Crush, Dave Matthews Band.
Ahora, en este cuarto, esta lámpara es suficiente para que esté todo lleno de luz, mientras el otro se extendía el doble, tanto que el final quedaba en la sombra. Escucho casi los mismos ruidos, pero son más fuertes y más constantes. Sin embargo, creo que las tardes aún pueden seguir siendo tan... y, de pronto, aún más. Y, si fuera posible ver todos los estados de cosas de todos los momentos en un sólo instante, también estaría ese beso que ahora parece algo perteneciente a una vida lejana y totalmente ajena.
Mi lugar. Mi-lugar. M-i-l-u-g-a-r... Raro. ¡Mi lugar! ¡MI LUGAR! Tiempo y costumbre. Creo que mañana aclarará más temprano que de costumbre... y todo fue más fácil de lo que yo esperaba, pero es extraño. Parece que este año no me dio tiempo antes de empezar con las sorpresas y las cosas bizarras. Ja. Yo sigo de visita, de viaje; pero creo que me acostumbraré.
---Ah, tambíén vale decir que, muy a mi pesar, me ausentaré por un tiempo... indefinido, si me atengo a los hechos actuales. Espero que no sea mucho.---
La canción del día: Crush, Dave Matthews Band.
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