Debería haber escrito en el momento en que mi lucidez era transparente. Qué momento perfecto para pensar en tantas cosas, con esa luna que parecía un sol perezoso detrás de los cerros, y nosotros en una terraza hablando de todo un poco (hasta de las cosas más triviales que tanto nos hicieron reír). Hacía mucho que no me reía tanto como anoche… Y miré por la ventana sin querer, mientras hablaba por teléfono, y vi todas esas luces que parecían un montón de escarcha dorada regada sobre un fondo negro; pensé en el montón de puntos del jueves, desde la vista privilegiada que tengo ahora; pensé –como siempre– en… fin y far away, so close, con tantas cosas alrededor que siguen hablando; pensé en que siempre hay y ha habido una luz, pero ahora brilla más y eso me pone ansiosa y también me asusta. Todas esas cosas de las que nos escapamos, de lo que somos capaces y ahora sólo tengo buenos motivos. Y todo está muy bien.
---Pensé en lo que pasaría si me quedara aquí escapando de todo, encerrada… y cómo sería el mundo cuando volviera a salir. Quise escribir, pero pensé que ya Andrés lo había dicho.---