Para No Perder la Costumbre
Me chocó escuchar la misma respuesta de siempre:
-¿Hay limones?
-En la nevera.
Y pensé que, a lo mejor, lo hago de pura masoquista; sabiendo que siempre es la misma respuesta para la misma pregunta, hacerla parece una provocación deliberada para irritarme a mí misma.