Las informaciones, hasta el día de ayer, parecían indicar que el sujeto iba a entrar a estudiar a la facultad. Todo se confirmó hoy con pruebas fehacientes. Madrugadita con mucho sueño y mucho frío… lo mismo de siempre. 7:05 en la U, tiempo perfecto. Apenas para ir por el buen cafecito mañanero y subir a clase. Hasta aquí todo muy bien… Bueno, hasta que llegué al salón y vi una fisonomía extraña para mí, que pregunta: ¿Aquí es la clase de creación de empresas? (Sí, aquí es –lamentablemente, por lo visto– pero no me diga que usted va a ver esta clase) Sí señores, nada más ni nada menos que Mario Espitia, o el costeño llorón de Desafío 20-04. ¡Qué sabrosura!!! Ya pueden envidiarme.