Cerca... A-cerca... de...
Bien. Inicia semana de receso, al fin. Todo llega y esto está al borde del fin. Todavía dudo un poquito, pero la decisión acabada de tomar en este preciso instante difícilmente cambiará. Fue sorpresiva, impredecible. Pero sí, necesito este par de días. Por eso, cambio radicalmente lo que sería el plan de este fin de semana si me quedase. Cambio a la gente que también me cambia, cambio los lugares que casi siempre preferiría, cambio el caos y el desorden, cambio la pseudo-actitud que me vería obligada a mantener, cambio ciertas comodidades que casi nunca dejaría, cambio los hermosos artificios. A cambio estaré cerca de gente más que ajena a mí, pero más sencilla; en lugares que me son más extraños, pero me dicen más cosas; en medio de la quietud y la calma apenas suficientes; sin tener que asumir ninguna actitud, para nada ni para nadie; con la comodidad suficiente; de la manera más natural. No espero encontrar soluciones a ninguna de las situaciones actuales, no busco nada en especial. Sólo me regalaré una pausa que me merezco.