Monday, September 27, 2004

My name is...

Retomando antiguos pronunciamientos hechos en este blog respecto a magnánimos nombres de personas, es preciso confirmar en esta oportunidad que la inspiración para la “libre composición” de tan grandes y originales maravillas se halla por doquier, inserta en la cotidianidad, “a la orden del día”.

Esta vez, el turno es para un hombre que, caminando alegremente por la calle en un hermoso día soleado, se encontró un billetito de estos:



¿Y qué hizo? Bautizó a su hijo: “Onedollar”, seguro de que éste era el nombre del sujeto cuya bella imagen aparece en el billete.