El placer de la propiedad de las cosas
Pocos placeres como poder decir "esto es MÍO", o "MI...".
Me encanta tomar posesión de las cosas que quiero o que me importan. Es como marcar las cosas como propias y saber que son de uno y de nadie más, punto! Que uno tiene prelación sobre ellas. Se vuelven más personales. Sí, seré egoísta, posesiva o lo que sea, pero me encantan MIS cosas. Así es!
Sunday, September 28, 2003
Saturday, September 27, 2003
Fragmentaciones
Pequeñas partes de diferentes cosas (o... de todo un poco)
- ¿Por qué todas las cosas horribles tienen que pasar al tiempo?
-"La vida es cruel con quien no debe". Pequeña frase que me recuerda una lejana época de mi vida.
-Dos de mis favoritas:
"No puedo prometer lo que no sé" Calamaro.
"...Pero intentaré intentarlo" Bart Simpson.
Pequeñas partes de diferentes cosas (o... de todo un poco)
- ¿Por qué todas las cosas horribles tienen que pasar al tiempo?
-"La vida es cruel con quien no debe". Pequeña frase que me recuerda una lejana época de mi vida.
-Dos de mis favoritas:
"No puedo prometer lo que no sé" Calamaro.
"...Pero intentaré intentarlo" Bart Simpson.
Cuando Llueve
La mayoría de los días en los que llueve son de esos en los que prefiero quedarme en mi casa, tranquila y calientita, escuchando, viendo o haciendo cosas que me agradan.
Y... no hay nada mejor que esas mañanas en que no tengo que madrugar y puedo quedarme feliz en mi rica camita, mientras pienso en todo el resto de mortales que sí tienen que hacerlo y que están allá afuera tragándose un frío de esos atroces que calan hasta los huesos... ja!
La mayoría de los días en los que llueve son de esos en los que prefiero quedarme en mi casa, tranquila y calientita, escuchando, viendo o haciendo cosas que me agradan.
Y... no hay nada mejor que esas mañanas en que no tengo que madrugar y puedo quedarme feliz en mi rica camita, mientras pienso en todo el resto de mortales que sí tienen que hacerlo y que están allá afuera tragándose un frío de esos atroces que calan hasta los huesos... ja!
I need time
Entre las horribles cosas que me atacan por estos días, siento algo de culpa y de miedo por el tiempo que sé he perdido. Estoy cansada y tengo pocas de hacer algo realmente, por lo que he tendido a dedicarme más a hacer cosas que poco me aportan y a pensar otras tantas. El punto es que me da algo de miedillo llegar a lamentar después el tiempo que he perdido en estos días, cosa que casi podría apostar que va a suceder.
Lo otro: Hoy me acordé de una época en que dormía bastante, hasta que esa horrible sensación de perder el tiempo empezó a perturbarme y dejé de dormir tanto. DETESTO SENTIR QUE PIERDO EL TIEMPO!!!
Entre las horribles cosas que me atacan por estos días, siento algo de culpa y de miedo por el tiempo que sé he perdido. Estoy cansada y tengo pocas de hacer algo realmente, por lo que he tendido a dedicarme más a hacer cosas que poco me aportan y a pensar otras tantas. El punto es que me da algo de miedillo llegar a lamentar después el tiempo que he perdido en estos días, cosa que casi podría apostar que va a suceder.
Lo otro: Hoy me acordé de una época en que dormía bastante, hasta que esa horrible sensación de perder el tiempo empezó a perturbarme y dejé de dormir tanto. DETESTO SENTIR QUE PIERDO EL TIEMPO!!!
Friday, September 26, 2003
No, no, no, que no se malinterprete. Detesto la mayoría de dichos, pero no son todos. Hay unas expresiones que me parecen verdaderamente de antologia, pero hay unos que, por mí, se pueden ir a los áticos del subconsciente colectivo. Puede ser que hable de eso en detalle después. Por ahora no hay energía, ni disposición anímica e intelectual.
No. Definitivamente, no estoy bien... ¿y? No señores, a quien pregunte, o pueda interesarle, "cuando me despierto por la mañana no me siento bien al menos por un minuto", de hecho, sobre todo cuando me despierto estoy muy lejos de sentirme bien; sobre todo, si es lunes (por obvias razones), miércoles, jueves o viernes (porque jamás me acostumbraré a madrugar y jamás me agradará).
Cada vez, aparecen más posibles razones y menos conclusiones o cosas que aporten. Pero bueno, podría decir que a lo mejor es mi habitual necesidad de cambiar de actividades y de rutina; eso, y que mi inconformismo parece estar exacerbado. No tengo idea... en fin, pasan muchas cosas y extraño otras y qué le vamos a hacer...
Cada vez, aparecen más posibles razones y menos conclusiones o cosas que aporten. Pero bueno, podría decir que a lo mejor es mi habitual necesidad de cambiar de actividades y de rutina; eso, y que mi inconformismo parece estar exacerbado. No tengo idea... en fin, pasan muchas cosas y extraño otras y qué le vamos a hacer...
Wednesday, September 24, 2003
Monday, September 22, 2003
Menos mal ya se acabó el día. Lo único claro, después de todo, es que hoy jamás debí volver a salir de mi casa luego de haber llegado. Luego de los horribles sucesos de la tarde, cuando me disponía a volver a mi casa, me sentí molesta y triste a la vez. Lo único que quería era volver y estar tranquila; nada más. Y a lo mejor hubiera sido agradable, y hasta necesario, algo de compañía, si el sujeto que se ofrecio a "acompañarme" hubiese sido una persona especial en vez de un desconocido... En fin, como es habitual en mí, volteé la cara hacia otro lado despectivamente, mientras pensaba: claro, imbécil! Luego, recordé que era el día sin carro, lo cual se hizo evidente por lo demás: tuve un caótico y horrible trayecto hasta mi casa. Actualmente, tengo ganas de vomitar, en gran parte debido a los excesos de ayer... sí, domingo, ¿y?
Saturday, September 20, 2003
Sólo un Momento
Empieza con un espacio abierto y un aire limpio. Luego, una lágrima que rueda y, al caer, se queda suspendida en el aire, como si el tiempo se fragmentara en millones de pedazos y ese momento se quedara congelado por segundos. Y mientras tanto, flota en el aire ese canto que es casi una plegaria, sin la más mínima pretensión, con una sencillez tan grande que parecería divina; tan triste y tan sublime que es simplemente perfecto.
Empieza con un espacio abierto y un aire limpio. Luego, una lágrima que rueda y, al caer, se queda suspendida en el aire, como si el tiempo se fragmentara en millones de pedazos y ese momento se quedara congelado por segundos. Y mientras tanto, flota en el aire ese canto que es casi una plegaria, sin la más mínima pretensión, con una sencillez tan grande que parecería divina; tan triste y tan sublime que es simplemente perfecto.
Wednesday, September 17, 2003
Los Episodios del Día
Episodio 1
Adriana llega a clase de 7, por cierto una clase aburridora, a encontrarse con gente que poco le agrada, en medio de una mañana lluviosa. Eso sin contar con que la última semana ha estado llena de noticias del orden regular tres cuartos tirando a malas. Sin embargo, al ver a una de sus compañeras de curso, se percata que le ha salido una natural y maravillosa sonrisa, como si todo estuviera perfectamente bien. Entonces, Adriana piensa ¿a qué se debe esto, si usualmente no estaría feliz en las actuales circunstancias? Y se contesta a si misma: mi misma, no hay toque. La sonrisita esta no es de satisfacción, alegría, ni mucho menos. Es aquella risilla infame de otra épocas de bábaras naciones, en que era gracioso ver las horribles cosas que me pasaban y que decía solo podían pasarme a mí.
Episodio 2
Durante la clase de 7, Adriana se da cuenta de que, como hace muchísimo no pasaba, está otra vez esa pregunta diaria de ¿y hoy que pasará? Esa idea, que se va confirmando, de que no puede pasar el día entero en blanco, sin que alguna cosa desagradable pase o haya una sorpresilla de esas que sería mejor no recibir. Justamente, empieza la clase de 7 y ahí está, el primer error del sistema... algo de lo que no tenía ni idea y empiezan los problemas.
Episodio 3
Niños... Hoy en la tarde iba en un colectivo. Adelante de mí iba sentada una pequeñuela de unos 6 años con un morralito, de esas simpáticas miniaturas que suelen cargarse a la espalda, junto a un tipo que tenía un saco de lana. Cuando la madre de la infante, que iba sentada en el puesto del lado, le indica que es hora de bajarse, la niña se para y casi se lleva al tipo con ella, pues se le había enredado una de las hebras del saco a la cremallera de la maleta de la muchachita y el tipo casi que no se puede soltar. La mamá de la niñita, ya abajo e ignorante de lo que pasaba, apresuraba a la pequeña, ante lo cual ella seguía tratando de avanzar inútilmente y sin entender muy bien aún qué era lo que sucedía. Finalmente, el tipo logró liberarse y seguimos nuestro camino, entre las risas y, más discretas, sonrisas de los pasajeros del vehículo. Y, como dice Homero Simpson, fue gracioso porque no fue a mí.
Episodio 4
Luego de bajar del mencionado colectivo, subo el puente peatonal.
Ya llegando al otro lado...
Un tipo que va pasando junto a mí: ¿Puedo hacerle una pregunta sin que se moleste?
Adriana: ¿? (¿Y éste qué querrá ahora?) (Con cara de ¿qué pregunta será?... Y de ah, diga a ver y ahí vemos...)
El tipo: ¿Qué shampoo usa? Es que me encanta el olor de ese shampoo y no sé cómo se llama...
Adriana: (Ah, era eso) (Con la carcajada en la boca, ver foto de las powerpuff, y cara de ja, loco) Elvive.
El tipo: Ah...
Fin del puente, fin de la conversación. Por fortuna, porque detesto que me hagan ese tipo de conversación casual por la calle, en un bus, transmilenio, fila de banco o cosa parecida.
Anexo
Eso me recuerda el episodio de la anciana que algún día, cuando pasábamos frente a Carrefour de la 19, me pasó el dato de que en Carrefour las verduras eran más baratas los martes... y yo qué bueno, se lo voy a decir a mi mamá... ¿? Y a mí qué? Ni siquiera me gustan las verduras, detesto la mayoría de ellas en todo caso.
Episodio 1
Adriana llega a clase de 7, por cierto una clase aburridora, a encontrarse con gente que poco le agrada, en medio de una mañana lluviosa. Eso sin contar con que la última semana ha estado llena de noticias del orden regular tres cuartos tirando a malas. Sin embargo, al ver a una de sus compañeras de curso, se percata que le ha salido una natural y maravillosa sonrisa, como si todo estuviera perfectamente bien. Entonces, Adriana piensa ¿a qué se debe esto, si usualmente no estaría feliz en las actuales circunstancias? Y se contesta a si misma: mi misma, no hay toque. La sonrisita esta no es de satisfacción, alegría, ni mucho menos. Es aquella risilla infame de otra épocas de bábaras naciones, en que era gracioso ver las horribles cosas que me pasaban y que decía solo podían pasarme a mí.
Episodio 2
Durante la clase de 7, Adriana se da cuenta de que, como hace muchísimo no pasaba, está otra vez esa pregunta diaria de ¿y hoy que pasará? Esa idea, que se va confirmando, de que no puede pasar el día entero en blanco, sin que alguna cosa desagradable pase o haya una sorpresilla de esas que sería mejor no recibir. Justamente, empieza la clase de 7 y ahí está, el primer error del sistema... algo de lo que no tenía ni idea y empiezan los problemas.
Episodio 3
Niños... Hoy en la tarde iba en un colectivo. Adelante de mí iba sentada una pequeñuela de unos 6 años con un morralito, de esas simpáticas miniaturas que suelen cargarse a la espalda, junto a un tipo que tenía un saco de lana. Cuando la madre de la infante, que iba sentada en el puesto del lado, le indica que es hora de bajarse, la niña se para y casi se lleva al tipo con ella, pues se le había enredado una de las hebras del saco a la cremallera de la maleta de la muchachita y el tipo casi que no se puede soltar. La mamá de la niñita, ya abajo e ignorante de lo que pasaba, apresuraba a la pequeña, ante lo cual ella seguía tratando de avanzar inútilmente y sin entender muy bien aún qué era lo que sucedía. Finalmente, el tipo logró liberarse y seguimos nuestro camino, entre las risas y, más discretas, sonrisas de los pasajeros del vehículo. Y, como dice Homero Simpson, fue gracioso porque no fue a mí.
Episodio 4
Luego de bajar del mencionado colectivo, subo el puente peatonal.
Ya llegando al otro lado...
Un tipo que va pasando junto a mí: ¿Puedo hacerle una pregunta sin que se moleste?
Adriana: ¿? (¿Y éste qué querrá ahora?) (Con cara de ¿qué pregunta será?... Y de ah, diga a ver y ahí vemos...)
El tipo: ¿Qué shampoo usa? Es que me encanta el olor de ese shampoo y no sé cómo se llama...
Adriana: (Ah, era eso) (Con la carcajada en la boca, ver foto de las powerpuff, y cara de ja, loco) Elvive.
El tipo: Ah...
Fin del puente, fin de la conversación. Por fortuna, porque detesto que me hagan ese tipo de conversación casual por la calle, en un bus, transmilenio, fila de banco o cosa parecida.
Anexo
Eso me recuerda el episodio de la anciana que algún día, cuando pasábamos frente a Carrefour de la 19, me pasó el dato de que en Carrefour las verduras eran más baratas los martes... y yo qué bueno, se lo voy a decir a mi mamá... ¿? Y a mí qué? Ni siquiera me gustan las verduras, detesto la mayoría de ellas en todo caso.
Monday, September 15, 2003
Los hechos, las sensaciones y las conversaciones sostenidas con diversas personas en las últimas semanas, apuntan hacia lo mismo y lo que todas parecen delatar es que en estos momentos, más que nunca, estoy reafirmando mi idea de lo agradable que sería para mí vivir en un hotel. Así, al menos, vería gente diferente constantemente. Sería interesante... Pero en fin; por ahora simples desvaríos e insensateces que en ocasiones suelo decir.
Tuesday, September 09, 2003
Monday, September 08, 2003
Teoría del Eterno Retorno o Todo Vuelve
Algo que pasó, pero que ha vuelto justo hoy... (como tantas cosas están volviendo y parecen seguir esa tendencia en las próximas 2 semanas):
Hay algo pesado en el aire, la atmósfera de los días de la última semana está algo enrarecida no sé por qué. Todo pasa rápido, pero desesperado, no es fácil de explicar, “la lógica por fin se nos deshizo en la boca”, pero creo que me entiendes. Muchas ideas acumuladas… la mente cargada, y algo de lejanía… estar aparte. Otra vez, con la idea de la desconexión, la sensación de estar espacio-temporalmente errada, sin conexión con nada, ni con nadie. Además, varios errores de cálculo y presiones, cosas que quisiera cambiar o que hubiera preferido no decir o hacer, pero en fin, simples accidentes y nimiedades. Anoche llovía y pensaba muchas cosas… y tenía en la cabeza a Baudelaire :). Me gusta ver esta ciudad de noche cuando llueve, las luces y todo mientras voy en el carro, relajada y tan sola! Y bueno, tiempo de catarsis, también, hoy dibujé y va bien aunque no me siento satisfecha del todo. Cuando estaba dibujando necesitaba un bisturí y cuando lo tanía en la mano, me vino otra vez una idea, una imagen recurrente que en un tiempo fue común, pero que hacía tiempo no pasaba y era que cuando tenía algo filoso en las manos, siempre tenía la ficción de cortarme las venas... como una especie de imaginación perversa, raro.
Algo que pasó, pero que ha vuelto justo hoy... (como tantas cosas están volviendo y parecen seguir esa tendencia en las próximas 2 semanas):
Hay algo pesado en el aire, la atmósfera de los días de la última semana está algo enrarecida no sé por qué. Todo pasa rápido, pero desesperado, no es fácil de explicar, “la lógica por fin se nos deshizo en la boca”, pero creo que me entiendes. Muchas ideas acumuladas… la mente cargada, y algo de lejanía… estar aparte. Otra vez, con la idea de la desconexión, la sensación de estar espacio-temporalmente errada, sin conexión con nada, ni con nadie. Además, varios errores de cálculo y presiones, cosas que quisiera cambiar o que hubiera preferido no decir o hacer, pero en fin, simples accidentes y nimiedades. Anoche llovía y pensaba muchas cosas… y tenía en la cabeza a Baudelaire :). Me gusta ver esta ciudad de noche cuando llueve, las luces y todo mientras voy en el carro, relajada y tan sola! Y bueno, tiempo de catarsis, también, hoy dibujé y va bien aunque no me siento satisfecha del todo. Cuando estaba dibujando necesitaba un bisturí y cuando lo tanía en la mano, me vino otra vez una idea, una imagen recurrente que en un tiempo fue común, pero que hacía tiempo no pasaba y era que cuando tenía algo filoso en las manos, siempre tenía la ficción de cortarme las venas... como una especie de imaginación perversa, raro.
Thursday, September 04, 2003
Acerca de los Momentos Perfectos
Ella siempre quería realizar "momentos perfectos" (...)
-¿Y los momentos perfectos? ¿Qué vienen a hacer aquí?
-Llegan después. Primero están los signos anunciadores. Después, la situación privilegiada, lenta, majestuosamente entra en la vida de las personas. Entonces se plantea la cuestión de saber si uno quiere convertirla en momento perfecto.
-Sí -digo-, he comprendido. En cada una de las situaciones privilegiadas hay que realizar ciertos actos, adoptar ciertas actitudes, decir ciertas palabras, y otras actitudes, otras palabras están estrictamente prohibidas. ¿Es así?
-Si tú quieres...
-En suma, la situación es la materia; ésta exige un tratamiento.
-Así es -dice Anny-; ante todo era preciso estar sumido en algo excepcional y sentir que uno imponía orden allí. Si se hubieran realizado todas esas condiciones, el momento habría sido perfecto.
-En suma, era una especie de obra de arte.
La Náusea. Jean-Paul Sartre.
Cuando leí esto, ya me pasaba lo de los momentos perfectos y ya entonces los había denominado así. Entonces, sentí que Sartre describía bien eso, aunque los míos se diferencian en ciertas cosas de los de Anny. Mis momentos perfectos, son la suma de un conjunto de cosas en perfecta armonía, algunas veces sí hay que agregar ciertos constructos como las actitudes o cosas por el estilo. Pero la mayoría de veces, las cosas confluyen de manera natural y espontánea; por eso son momentos perfectos, porque se dan con una suerte de magia intrínseca, además.
En cuanto a las situaciones privilegiadas, nunca he visto tales, a lo mejor sí están esos signos anunciadores, pero eso nunca se sabe; se sabe luego, cuando los momentos ya se han realizado. El tema es que nunca había pensado en esto último, pero bueno, el post ha servido para aclarar eso (validez del post).
Y bueno, esos son los mencionados momentos perfectos. Comentarios, dudas, sugerencias o reclamos al respecto, ya saben.
Ella siempre quería realizar "momentos perfectos" (...)
-¿Y los momentos perfectos? ¿Qué vienen a hacer aquí?
-Llegan después. Primero están los signos anunciadores. Después, la situación privilegiada, lenta, majestuosamente entra en la vida de las personas. Entonces se plantea la cuestión de saber si uno quiere convertirla en momento perfecto.
-Sí -digo-, he comprendido. En cada una de las situaciones privilegiadas hay que realizar ciertos actos, adoptar ciertas actitudes, decir ciertas palabras, y otras actitudes, otras palabras están estrictamente prohibidas. ¿Es así?
-Si tú quieres...
-En suma, la situación es la materia; ésta exige un tratamiento.
-Así es -dice Anny-; ante todo era preciso estar sumido en algo excepcional y sentir que uno imponía orden allí. Si se hubieran realizado todas esas condiciones, el momento habría sido perfecto.
-En suma, era una especie de obra de arte.
La Náusea. Jean-Paul Sartre.
Cuando leí esto, ya me pasaba lo de los momentos perfectos y ya entonces los había denominado así. Entonces, sentí que Sartre describía bien eso, aunque los míos se diferencian en ciertas cosas de los de Anny. Mis momentos perfectos, son la suma de un conjunto de cosas en perfecta armonía, algunas veces sí hay que agregar ciertos constructos como las actitudes o cosas por el estilo. Pero la mayoría de veces, las cosas confluyen de manera natural y espontánea; por eso son momentos perfectos, porque se dan con una suerte de magia intrínseca, además.
En cuanto a las situaciones privilegiadas, nunca he visto tales, a lo mejor sí están esos signos anunciadores, pero eso nunca se sabe; se sabe luego, cuando los momentos ya se han realizado. El tema es que nunca había pensado en esto último, pero bueno, el post ha servido para aclarar eso (validez del post).
Y bueno, esos son los mencionados momentos perfectos. Comentarios, dudas, sugerencias o reclamos al respecto, ya saben.
Wednesday, September 03, 2003
Una vez más he capturado un momento perfecto, como pocos. Esta mañana a las 7:20, cuando iba para la universidad, por la circunvalar y el día había empezado perfectamente: buen ánimo, cero afanes y un naciente sol tibio sobre la ciudad. Nada nos deja más en soledad, que la alegría si se va. Volar, volar, volar. Volar, volar. Cómo es, Alberto, volar al más allá... Y mientras escuchaba eso, las nubes pasaban volando rápido en medio de un cielo despejado, y el sol se filtraba entre los árboles, deshaciéndose en partículas de luz amarilla, brillantes y tibias, suaves; como cuando el sol nos muestra su calma despertando en la montaña. Y así, ¿quién no empieza bien el día? Buen presagio, bonito regalo.
"PEQUEÑA HISTORIA TENDIENTE A ILUSTRAR LO PRECARIO DE LA ESTABILIDAD DENTRO DE LA CUAL CREEMOS EXISTIR, O SEA QUE LAS LEYES PODRÍAN CEDER TERRENO A LAS EXCEPCIONES, AZARES O IMPROBABILIDADES, Y AHÍ TE QUIERO VER".
Julio Cortázar, Ibid.
Muy a propósito... (Hechos anteriores)
Somos tan ínfimos, tan juguetes. Tan manipulados por tantas cosas y tantas personas que ni siquiera imaginamos. Y vivimos en la ilusión de ser muy libres, muy autónomos; de hacer con nuestra vida lo que nos antoja; de ver y oír programas de radio y de tv que elegimos; de consumir lo que nos da la gana; de ser muy originales, muy independientes, muy autónomos, muy dueños de lo que hacemos. Sin embargo, esa celebrada y pregonada "libertad" de que somos "poseedores" es tan limitada; está condicionada por cosas que pueden parecer tan irrisorias como el azar, y desde nuestras circunstancias hasta el sistema de cosas en medio del cual nos desarrollamos como "sujetos libres", pero a cuyas medidas y esquemas hemos tenido que ajustarnos, y en fin...
Julio Cortázar, Ibid.
Muy a propósito... (Hechos anteriores)
Somos tan ínfimos, tan juguetes. Tan manipulados por tantas cosas y tantas personas que ni siquiera imaginamos. Y vivimos en la ilusión de ser muy libres, muy autónomos; de hacer con nuestra vida lo que nos antoja; de ver y oír programas de radio y de tv que elegimos; de consumir lo que nos da la gana; de ser muy originales, muy independientes, muy autónomos, muy dueños de lo que hacemos. Sin embargo, esa celebrada y pregonada "libertad" de que somos "poseedores" es tan limitada; está condicionada por cosas que pueden parecer tan irrisorias como el azar, y desde nuestras circunstancias hasta el sistema de cosas en medio del cual nos desarrollamos como "sujetos libres", pero a cuyas medidas y esquemas hemos tenido que ajustarnos, y en fin...
De Vacíos
Hablando de vacíos con alguien, vino a mi mente el recuerdo de las últimas semanas, en que esa sensación reinó por encima de todo. Todo cubierto de una espesura y una lentitud de hechos, como una sustancia pegajosa y adormecedora. Pero esa sensación de vacío era lo único que había, la sensación de sentir que me habían desocupado, que me habían exprimido hasta lo último que tenía adentro. Tan así, que ni ganas de llorar me daban por más triste que estaba, porque sentía que no tenía ni lágrimas, ni motivos. Simplemente, nada... vacío. Y supongo que eso pasa, a veces, cuando nos enfrentamos a espíritus igual de fuertes que son capaces de succionarlo todo, así como de aportar cosas valiosas.
No obstante, superado lo anterior, el poder está volviendo a mí y me acompaña la buena vibra que hace que todo sea posible y salga bien. Gracias.
Hablando de vacíos con alguien, vino a mi mente el recuerdo de las últimas semanas, en que esa sensación reinó por encima de todo. Todo cubierto de una espesura y una lentitud de hechos, como una sustancia pegajosa y adormecedora. Pero esa sensación de vacío era lo único que había, la sensación de sentir que me habían desocupado, que me habían exprimido hasta lo último que tenía adentro. Tan así, que ni ganas de llorar me daban por más triste que estaba, porque sentía que no tenía ni lágrimas, ni motivos. Simplemente, nada... vacío. Y supongo que eso pasa, a veces, cuando nos enfrentamos a espíritus igual de fuertes que son capaces de succionarlo todo, así como de aportar cosas valiosas.
No obstante, superado lo anterior, el poder está volviendo a mí y me acompaña la buena vibra que hace que todo sea posible y salga bien. Gracias.
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