Thursday, September 04, 2003

Acerca de los Momentos Perfectos

Ella siempre querí­a realizar "momentos perfectos" (...)
-¿Y los momentos perfectos? ¿Qué vienen a hacer aquí­?
-Llegan después. Primero están los signos anunciadores. Después, la situación privilegiada, lenta, majestuosamente entra en la vida de las personas. Entonces se plantea la cuestión de saber si uno quiere convertirla en momento perfecto.
-Sí­ -digo-, he comprendido. En cada una de las situaciones privilegiadas hay que realizar ciertos actos, adoptar ciertas actitudes, decir ciertas palabras, y otras actitudes, otras palabras están estrictamente prohibidas. ¿Es así­?
-Si tú quieres...
-En suma, la situación es la materia; ésta exige un tratamiento.
-Así­ es -dice Anny-; ante todo era preciso estar sumido en algo excepcional y sentir que uno imponí­a orden allí­. Si se hubieran realizado todas esas condiciones, el momento habrí­a sido perfecto.
-En suma, era una especie de obra de arte.

La Náusea. Jean-Paul Sartre.

Cuando leí esto, ya me pasaba lo de los momentos perfectos y ya entonces los habí­a denominado así. Entonces, sentí­ que Sartre describí­a bien eso, aunque los mí­os se diferencian en ciertas cosas de los de Anny. Mis momentos perfectos, son la suma de un conjunto de cosas en perfecta armoní­a, algunas veces sí­ hay que agregar ciertos constructos como las actitudes o cosas por el estilo. Pero la mayorí­a de veces, las cosas confluyen de manera natural y espontánea; por eso son momentos perfectos, porque se dan con una suerte de magia intrí­nseca, además.
En cuanto a las situaciones privilegiadas, nunca he visto tales, a lo mejor sí­ están esos signos anunciadores, pero eso nunca se sabe; se sabe luego, cuando los momentos ya se han realizado. El tema es que nunca habí­a pensado en esto último, pero bueno, el post ha servido para aclarar eso (validez del post).

Y bueno, esos son los mencionados momentos perfectos. Comentarios, dudas, sugerencias o reclamos al respecto, ya saben.