Sunday, May 16, 2004

"Entre estos físicos reticentes se encontraba el propio Einstein, quien, a pesar de haber sido uno de los introductores del azar en la física, nunca aceptó que el universo estuviera gobernado por el azar. Fue por eso que dijo su famosa frase: Dios no juega a los dados, a lo que Niels Bohr respondió que Dios no sólo juega a los dados, sino que a veces los tira donde no pueden verse".

Estrategias de Comunicación, Rafael Alberto Pérez.