Monday, July 11, 2005
Thursday, April 28, 2005
Levantarse. Empezar por abrir los ojos, aún bajo el efecto de la inconciencia. Moverse, prender una lámpara. Pararse de la cama hasta el closet y buscar algo que ponerse. Caminar hasta el baño. Seguir actuando bajo la inconciencia del sueño hasta que caen unas gotas frías de la ducha. Pensar en muchas cosas. Desear que termine el día. Secarse, vestirse, peinarse... Desayunar. Seguir pensando en un montón de estupideces que quisieran ser escuchadas por alguien. Salir y sentir el frío metiéndose bien adentro en cada hueso del cuerpo. Viajar. Mirar por la ventana y pensar. Desear que el tiempo no pase nunca más para no llegar al destino. Subir por escaleras oscuras. Empujar una puerta. Pasar los molinetes electrónicos. Llegar al ascensor. Ver a una muchacha aburrida de esperar que, tal vez, ve a cientos de personas llegar y esperar el ascensor, y levanta la cabeza cada vez que escucha la llegada del ascensor, pero la vuelve a bajar, luego, con decepción y resignación. Entrar en el ascensor con otro extraño, quizá varios más. Capacidad máxima: 20 personas, 1350 Kg. 6. Se abren las puertas. Salir del ascensor. Fin del viaje. ¡Que haya suerte y que el día termine rápido! Quiero saludarte, quiero ver tus ojos, quiero escucharte, quiero tocarte. Te quiero ver feliz.
Tuesday, April 26, 2005
Lo más seguro es que después me pregunte cómo lo hice, cómo fui capaz de soportar esto por tanto tiempo, de una forma tan ridículamente estoica. Pero, también me lo pregunto ahora, cómo seré capaz de hacerlo, cómo he podido hacerlo hasta ahora y cómo puedo cada día de mi vida. La náusea me invade más que nunca, está en cada cosa que veo y que toco y en el aire que respiro en este lugar, en cada persona que me produce una repulsión tan profunda que me llega hasta el tuétano, en todo lo que hay aquí y que me asquea tanto que me hace desear desaparecer. Faltan aún seis horas para irme de aquí, para dejar esto por 14 horas que no viviré completas. Horas que sólo clavan la náusea más adentro, porque cada vez me falta más ese aire, ese tiempo que se me pierde. La música no es un aliciente, casi me preocupa viciarla con la podredumbre que abunda aquí. Los días no se acercan, parecen alejarse y el suplicio parece que nunca va a terminar. ¿Cuánto más? Este fin de semana se acaba otro mes, pero el tiempo pasa y pasa, no importa qué tan rápido o despacio, simplemente sigue un curso que parece no avanzar; es como si, para mí, el tiempo se detuviera de forma extrema, alargando y haciendo más pesada esa deuda de cambiar mis días por dinero, pero también por algo que es aún más importante para mí. Ese es mi motivo, esa es mi razón para seguir en el aguante por cien mil días más.
Thursday, April 14, 2005
Go on comfortably numb
... Ahora más que antes. Pero tengo miedo de conocer cosas que valgan tanto la pena, que me fuercen a hacer algo que socialmente no me conviene, que socialmente no satisface la imagen que debería mantener ante los demás. Sin embargo, creo que lo más comfortably numb es el tiempo, no mi forma de sentir... De haber pasado de pensar, de intuir, de suponer cosas por lo que veía o por lo que oía, a sentir, a ser capaz de ver a través de una persona lo que tiene por dentro, a conocerla, a sentirla. Pero odio este vacío que estoy sintiendo en el estómago, que me hace sentir enferma, que me produce náuseas. Este miedo, como si supiera que hay algo a lo que le tengo que temer, algo que no me deja confiarme aunque quiera hacerlo, aunque sienta que puedo hacerlo. Este miedo que no puedo reducir a una causa específica que se aísle de otras. Me siento como aquel Romeo juguete del destino, esperando que el destino sea indulgente y que sea generoso y que sea bueno para no arrastrarme a consecuencias nefastas. Pero también quiero hablar de esas cosas extrañas, maravillosas, que no puedo describir. Como lo incongruente y lo misterioso de los sueños, como ese sueño acerca de una mujer blanquísima, tal vez como yo; como lo complejo que resulta reconstruir los hechos y lo complejos que resultan estos después de ser reconstruidos; como lo raro que es recordar con el tacto y con la nariz, como si uno pudiera ver lo que tocó o los aromas que sintió, pero no como se ven con los ojos, sino con imágenes distintas. Siempre he creído que hay algo más, siempre hay algo más. No me siento sola, en general, pero, extrañamente, la gente que puede ser mi compañía siempre está lejos. Y entonces, pienso en esa frase de Kill Bill... “Tu lado siempre fue el lado solitario”. Lo siento siempre que me veo como individuo, como algo que soy y que, simplemente, es un individuo que puede ser puesto en cualquier lugar del mundo o de una ciudad y que, aparte de lo que es cuando está con lo que le es cercano, es simplemente eso: un individuo ajeno y solo, rodeado de gente y de cosas sin ninguna conexión.
... Ahora más que antes. Pero tengo miedo de conocer cosas que valgan tanto la pena, que me fuercen a hacer algo que socialmente no me conviene, que socialmente no satisface la imagen que debería mantener ante los demás. Sin embargo, creo que lo más comfortably numb es el tiempo, no mi forma de sentir... De haber pasado de pensar, de intuir, de suponer cosas por lo que veía o por lo que oía, a sentir, a ser capaz de ver a través de una persona lo que tiene por dentro, a conocerla, a sentirla. Pero odio este vacío que estoy sintiendo en el estómago, que me hace sentir enferma, que me produce náuseas. Este miedo, como si supiera que hay algo a lo que le tengo que temer, algo que no me deja confiarme aunque quiera hacerlo, aunque sienta que puedo hacerlo. Este miedo que no puedo reducir a una causa específica que se aísle de otras. Me siento como aquel Romeo juguete del destino, esperando que el destino sea indulgente y que sea generoso y que sea bueno para no arrastrarme a consecuencias nefastas. Pero también quiero hablar de esas cosas extrañas, maravillosas, que no puedo describir. Como lo incongruente y lo misterioso de los sueños, como ese sueño acerca de una mujer blanquísima, tal vez como yo; como lo complejo que resulta reconstruir los hechos y lo complejos que resultan estos después de ser reconstruidos; como lo raro que es recordar con el tacto y con la nariz, como si uno pudiera ver lo que tocó o los aromas que sintió, pero no como se ven con los ojos, sino con imágenes distintas. Siempre he creído que hay algo más, siempre hay algo más. No me siento sola, en general, pero, extrañamente, la gente que puede ser mi compañía siempre está lejos. Y entonces, pienso en esa frase de Kill Bill... “Tu lado siempre fue el lado solitario”. Lo siento siempre que me veo como individuo, como algo que soy y que, simplemente, es un individuo que puede ser puesto en cualquier lugar del mundo o de una ciudad y que, aparte de lo que es cuando está con lo que le es cercano, es simplemente eso: un individuo ajeno y solo, rodeado de gente y de cosas sin ninguna conexión.
Tuesday, April 12, 2005
Comfortably Numb
Como si fuera la primera vez que lo oía... Pero lo dijo: “Comfortably Numb, como ella”. No lo creía, a lo mejor sí lo había pensado, pero nunca me había dado cuenta. Me acordé del episodio de “Sí, me lo han dicho”. Me dio risa, sentí algo así como un deja vu. Creo que es cierto, igual que todos los demás escalofríos que sentí, igual que la zona de confort para juzgar, igual que decir las cosas de una, igual que saber por qué se hace lo que se hace, igual que saber que tiene que hacerse eso, no por obligación sino porque uno quiere, igual que la crueldad, igual que lo que me resulta fácil pero no me gusta hacer, y todo lo demás también. Me sentí descubierta y me dio miedo. “No debí haber dicho eso. Lo siento. Es que soy demasiado sincero y eso le da asco a la gente”, textualmente. No, eso no se me olvidó. A lo mejor hacía falta que yo fuera tan... “comfortably numb”. Pero, aún así, no quiero que nadie intente “leerme la mente”. Me siento “vulnerable”, como quien logró adivinarlo. No me arrepiento, no niego nada, no intento excusarme por absolutamente nada. Pero también es cierto que no quiero seguir, no quiero dar ni un paso más, porque esta vez hay mucho más en juego y no estoy dispuesta a arriesgarlo. Puede ser que, simplemente, me falte valor, a pesar de lo “comfortably numb”.
Como si fuera la primera vez que lo oía... Pero lo dijo: “Comfortably Numb, como ella”. No lo creía, a lo mejor sí lo había pensado, pero nunca me había dado cuenta. Me acordé del episodio de “Sí, me lo han dicho”. Me dio risa, sentí algo así como un deja vu. Creo que es cierto, igual que todos los demás escalofríos que sentí, igual que la zona de confort para juzgar, igual que decir las cosas de una, igual que saber por qué se hace lo que se hace, igual que saber que tiene que hacerse eso, no por obligación sino porque uno quiere, igual que la crueldad, igual que lo que me resulta fácil pero no me gusta hacer, y todo lo demás también. Me sentí descubierta y me dio miedo. “No debí haber dicho eso. Lo siento. Es que soy demasiado sincero y eso le da asco a la gente”, textualmente. No, eso no se me olvidó. A lo mejor hacía falta que yo fuera tan... “comfortably numb”. Pero, aún así, no quiero que nadie intente “leerme la mente”. Me siento “vulnerable”, como quien logró adivinarlo. No me arrepiento, no niego nada, no intento excusarme por absolutamente nada. Pero también es cierto que no quiero seguir, no quiero dar ni un paso más, porque esta vez hay mucho más en juego y no estoy dispuesta a arriesgarlo. Puede ser que, simplemente, me falte valor, a pesar de lo “comfortably numb”.
Wednesday, March 30, 2005
Y apenas oprimí el botón, empecé a esperar... Antes de eso, no había nada que esperar, porque no había provocado nada aún, aunque supiera que lo haría. Pero, después de oprimir el botón, ya todo estaba dado para la espera de que llegue algo que puede no llegar nunca, llegar antes de lo pensado o llegar tarde, en el momento menos pensado. Cuenta las horas, deja que todo pase, ESPERA!!!
Monday, March 28, 2005
La pregunta que me agobia en el día de hoy es: ¿quién carajos cata los dulces, y los comestibles en general, que fabrican grandes empresas (como Colombina, por ejemplo)? Digo yo, ¿cómo harán para saber, quién determinará que efectivamente tal o cual Bon Bon Bum sabe a fresa y el de más allá a mango??? ¿Ah? Y quien lo haga, ¿cómo hace para decidir que la fruna o la galletica Wafer están en su punto de sabor? Está claro que eso no lo van a hacer cada vez que fabrican una fruna, una galleta, o cualquiera de estas cosas, sino que debe haber una fórmula, la popular receta... Pero tuvo que haber alguien que en un principio aprobará dicha receta y dijera que así es como deben saber esos productos siempre. Y, entonces... ¿quién fue ese? ¿en qué se basó para emitir su juicio gastronómico? Yo me declaro ignorante en la materia.
Sunday, March 27, 2005
Por Favor, No Más Tiempo, Muchas Gracias
“Decir que mis días están contados no tiene sentido; así fue siempre; así es para todos. Pero la incertidumbre del lugar, de la hora y del modo, que nos impide distinguir con claridad ese fin hacia el cual avanzamos sin tregua, disminuye para mí a medida que la enfermedad mortal progresa. Cualquiera puede morir súbitamente, pero el enfermo sabe que dentro de diez años ya no vivirá.”
Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar.
Otra vez era de noche y no había ninguna salida. El amanecer del día siguiente sería la misma imagen de todos los lunes y los miércoles a las 6:20 a.m, pensando en lo mismo: en que es tarde, en que ya que, en que se pase rápido el tiempo, en que está haciendo frío, en que ojalá salga el sol pero para qué si allá adentro ni se siente, en que quién sabe qué estupideces habrá que hacer hoy, en que se acabe el día ya pero al fin y al cabo cuando pase ya no quedará tiempo ni ganas para nada más otro día perdido a favor de extraños y del tedio. 7:58 p.m. y la hora titilaba en el reloj sin parar, como si fuera una bomba que iba a explotar cuando el contador llegara a 00. 7:59 p.m. cada segundo es como un respiro menos que tomar, cada minuto como un centímetro más que se hunde el puñal. 8:00 p.m. BANG-BANG!!! Nada pasó… Es cierto aquello de que “nada nos deja más en soledad que la alegría si se va”. El abandono otra vez. Volver a añorar cosas, volver a esperar, a seguir esperando a ver qué rayos pasa. Súbitamente volvió esa imagen del sujeto aquel cuya novia acababa de tener una niñita, imagen encadenada a la de una tarde en un parque viendo jugar un montón de niños animados por sus fanáticas madres. Luego, esa extraña sensación de rechazo, acaso de repulsión, de lo horripilante que resultaría una realidad semejante. Por favor, no más tiempo, muchas gracias. Pero lo cierto es que las horas acercan cada vez más lo inevitable, indeseable o deseable.
“Decir que mis días están contados no tiene sentido; así fue siempre; así es para todos. Pero la incertidumbre del lugar, de la hora y del modo, que nos impide distinguir con claridad ese fin hacia el cual avanzamos sin tregua, disminuye para mí a medida que la enfermedad mortal progresa. Cualquiera puede morir súbitamente, pero el enfermo sabe que dentro de diez años ya no vivirá.”
Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar.
Otra vez era de noche y no había ninguna salida. El amanecer del día siguiente sería la misma imagen de todos los lunes y los miércoles a las 6:20 a.m, pensando en lo mismo: en que es tarde, en que ya que, en que se pase rápido el tiempo, en que está haciendo frío, en que ojalá salga el sol pero para qué si allá adentro ni se siente, en que quién sabe qué estupideces habrá que hacer hoy, en que se acabe el día ya pero al fin y al cabo cuando pase ya no quedará tiempo ni ganas para nada más otro día perdido a favor de extraños y del tedio. 7:58 p.m. y la hora titilaba en el reloj sin parar, como si fuera una bomba que iba a explotar cuando el contador llegara a 00. 7:59 p.m. cada segundo es como un respiro menos que tomar, cada minuto como un centímetro más que se hunde el puñal. 8:00 p.m. BANG-BANG!!! Nada pasó… Es cierto aquello de que “nada nos deja más en soledad que la alegría si se va”. El abandono otra vez. Volver a añorar cosas, volver a esperar, a seguir esperando a ver qué rayos pasa. Súbitamente volvió esa imagen del sujeto aquel cuya novia acababa de tener una niñita, imagen encadenada a la de una tarde en un parque viendo jugar un montón de niños animados por sus fanáticas madres. Luego, esa extraña sensación de rechazo, acaso de repulsión, de lo horripilante que resultaría una realidad semejante. Por favor, no más tiempo, muchas gracias. Pero lo cierto es que las horas acercan cada vez más lo inevitable, indeseable o deseable.
Thursday, March 17, 2005
Ya no tengo mucho tiempo, pero igual, estoy tratando de encontrarle la vuelta a las cosas. Mientras tanto, seguir reptando... esperando a que Helios cabalgue más rápido cada día, aunque cada una de esas cabalgatas siga siendo un lamentable desperdicio en mi vida. Esperando que el agua vuelva a regar en mi ciudad de inmortales, a que un evento extraordinario me saque de esta laxitud, de este letargo, del odio que me escurre cada mañana, que me saque los calambres del alma. Esperando que pasen 5 de los 7 años que prometimos esperar. Esperar, como dijera el nene: “la mayor parte del tiempo hay que esperar”.
Tuesday, March 01, 2005
"Irreverente y Displicente"
Así me calificó, a mis 15 años, alguna buena mujer que decía ser profesora de español y literatura... Años más tarde, otro personajillo de estos (dizque in-"docentes", ya en la universidad, me hizo la respectiva amonestación por mi comportamiento, en su opinión, displicente. Hoy, un hombre modelo de "trabajo y diligencia" (pfffjaja) y parte directiva de los in-"docentes" me recriminó por mi actitud de displicencia frente a él y su "amenísima" charla.
Ay... some things never change; parece que nunca superé mis problemas de displicencia, y por la cara de algunos, hasta creo que tampoco los de "irreverencia". Pero qué le vamos a hacer -aunque yo no lo creo- soy "irreverente y displicente", pero soy lo que soy.
Así me calificó, a mis 15 años, alguna buena mujer que decía ser profesora de español y literatura... Años más tarde, otro personajillo de estos (dizque in-"docentes", ya en la universidad, me hizo la respectiva amonestación por mi comportamiento, en su opinión, displicente. Hoy, un hombre modelo de "trabajo y diligencia" (pfffjaja) y parte directiva de los in-"docentes" me recriminó por mi actitud de displicencia frente a él y su "amenísima" charla.
Ay... some things never change; parece que nunca superé mis problemas de displicencia, y por la cara de algunos, hasta creo que tampoco los de "irreverencia". Pero qué le vamos a hacer -aunque yo no lo creo- soy "irreverente y displicente", pero soy lo que soy.
Friday, February 25, 2005
Y bien... tengo los nervios de punta. Yo quería aprovechar mejor el tiempo y salir, pero ya no se va a poder, porque ahora voy a durar estresada todo el resto del día y todo el fincho; that's for sure! Aunque con esta laxitud cualquier cosa puede pasar. Pero es fijo que el lunes me espera una reconvención por breve o blanda que sea y yo no quiero volver! Con todo lo que hay por hacer!!! Y por demostrar cosas a gente que me tiene sin cuidado, pero que está ahí para eso... Nonono. Creo que iré a mi casa para que me dé un infarto. Sólo espero que las cosas no sean tan graves como me las imagino.
Saturday, January 29, 2005
Debería haber escrito en el momento en que mi lucidez era transparente. Qué momento perfecto para pensar en tantas cosas, con esa luna que parecía un sol perezoso detrás de los cerros, y nosotros en una terraza hablando de todo un poco (hasta de las cosas más triviales que tanto nos hicieron reír). Hacía mucho que no me reía tanto como anoche… Y miré por la ventana sin querer, mientras hablaba por teléfono, y vi todas esas luces que parecían un montón de escarcha dorada regada sobre un fondo negro; pensé en el montón de puntos del jueves, desde la vista privilegiada que tengo ahora; pensé –como siempre– en… fin y far away, so close, con tantas cosas alrededor que siguen hablando; pensé en que siempre hay y ha habido una luz, pero ahora brilla más y eso me pone ansiosa y también me asusta. Todas esas cosas de las que nos escapamos, de lo que somos capaces y ahora sólo tengo buenos motivos. Y todo está muy bien.
---Pensé en lo que pasaría si me quedara aquí escapando de todo, encerrada… y cómo sería el mundo cuando volviera a salir. Quise escribir, pero pensé que ya Andrés lo había dicho.---
---Pensé en lo que pasaría si me quedara aquí escapando de todo, encerrada… y cómo sería el mundo cuando volviera a salir. Quise escribir, pero pensé que ya Andrés lo había dicho.---
Friday, January 21, 2005
No acaba de empezar el año cuando ya están surgiendo noticias tan magnánimas como la siguiente (tomada de eltiempo.com):
Ya están a la venta las boletas para el concierto del regreso a los escenarios de Diomedes Díaz
El espectáculo musical del intérprete de canciones como Amarte más no pude y Bonita, está programado para el 4 de marzo, en el Estadio El Campín.
El cantante se acompañará por algunos de los mejores acordeoneros que lo han acompañado durante su carrera. Las boletas del concierto valen 194.000, 114.000, 84.000, 74.000 y 24.000 pesos. Estos precios tendrán un 15 por ciento de descuento para quienes las compren antes del 31 de enero y quedarán así: 165.500, 97.000, 72.000, 63.000 y 21.000 pesos. Informes en Ticket Express: 609111.
Nótense los datos resaltados en negrita, y pues de paso ahí le quedan a quien le interesen... Hágame el favor, y el sujeto todavía se da el lujo de cobrar semejantes sumas!
Ya están a la venta las boletas para el concierto del regreso a los escenarios de Diomedes Díaz
El espectáculo musical del intérprete de canciones como Amarte más no pude y Bonita, está programado para el 4 de marzo, en el Estadio El Campín.
El cantante se acompañará por algunos de los mejores acordeoneros que lo han acompañado durante su carrera. Las boletas del concierto valen 194.000, 114.000, 84.000, 74.000 y 24.000 pesos. Estos precios tendrán un 15 por ciento de descuento para quienes las compren antes del 31 de enero y quedarán así: 165.500, 97.000, 72.000, 63.000 y 21.000 pesos. Informes en Ticket Express: 609111.
Nótense los datos resaltados en negrita, y pues de paso ahí le quedan a quien le interesen... Hágame el favor, y el sujeto todavía se da el lujo de cobrar semejantes sumas!
Wednesday, January 19, 2005
Actualizando…
Bastante trabajillo hoy… y lo que viene es cada vez más. Pero no importa, volví rápido a seguir trabajando, porque prefiero mantener la mente ocupada –no estoy segura de que sea en cosas totalmente útiles, porque ya veo que algunas ni siquiera llegan a buen término, sino que quedan estancadas–. Hoy escuchamos música para planchar. Actualmente, sigo contenta y el tiempo está pasando más rápido y con un poquito de susto, pero con actitud.
Bastante trabajillo hoy… y lo que viene es cada vez más. Pero no importa, volví rápido a seguir trabajando, porque prefiero mantener la mente ocupada –no estoy segura de que sea en cosas totalmente útiles, porque ya veo que algunas ni siquiera llegan a buen término, sino que quedan estancadas–. Hoy escuchamos música para planchar. Actualmente, sigo contenta y el tiempo está pasando más rápido y con un poquito de susto, pero con actitud.
Tuesday, January 18, 2005
Esos tiempos ya no vuelven…
Se acabaron esos días de despertarse y pensar si me levanto o me quedo durmiendo; para no hablar de los días de despertarme entre 6 y 8 a.m., mirar el reloj y pensar que todavía es temprano y me quedan unas horitas más en mi cómoda camita; también se acabaron los días de pensar que voy un ratico y llego temprano a mi casita a descansar; y claro –peor aún– los días de decir “hoy no voy”. Ahora pienso en las sucesiones de hechos y en que todo podría ser muy diferente debido a los hechos que desencadenó, y haría podido seguir desencadenando, alguna persona. Pienso en cómo serían las mañanas si tuviera que caminar solo unas cuadras de ida y vuelta, en que a lo mejor me sentiría más libre y más tranquila. Aquí la cosa no está muy tensa –todavía–, tengo tiempo para mí y para mis cosas –incluso me aburro a veces y el tiempo se me hace eterno–, aunque me siento un poco en el aire y como que no sé muy bien lo que tengo que hacer, de alguna forma, como si estuviera jugando a que hago algo que realmente no tiene una importancia vital, sólo porque a mí me parecen cosas fáciles y nimiedades. Ahí es cuando me acuerdo de los días, ya bastante lejanos, en el piso 20 del edificio de Bancolombia, a donde hacía pataleta para que me llevaran. Y bueno, tampoco voy a negar que extraño el tiempo en que tenía más autonomía, en que recibía gratas sorpresas que ya no son, y que me hacen una falta enorme algunas personas. Pero, fuera de todo, me alegra saber que me he ganado lo que me merezco, que aunque extrañe mucho algunas cosas (incluidas ciertas personas) no las necesito, que se abren varias e interesantes posibilidades, que una de las personas que realmente me importan en la vida me sigue queriendo a pesar de todo y que hay formas factibles de lograr en poco tiempo algo que quiero y cuya sola posibilidad de ser me hace feliz.
Se acabaron esos días de despertarse y pensar si me levanto o me quedo durmiendo; para no hablar de los días de despertarme entre 6 y 8 a.m., mirar el reloj y pensar que todavía es temprano y me quedan unas horitas más en mi cómoda camita; también se acabaron los días de pensar que voy un ratico y llego temprano a mi casita a descansar; y claro –peor aún– los días de decir “hoy no voy”. Ahora pienso en las sucesiones de hechos y en que todo podría ser muy diferente debido a los hechos que desencadenó, y haría podido seguir desencadenando, alguna persona. Pienso en cómo serían las mañanas si tuviera que caminar solo unas cuadras de ida y vuelta, en que a lo mejor me sentiría más libre y más tranquila. Aquí la cosa no está muy tensa –todavía–, tengo tiempo para mí y para mis cosas –incluso me aburro a veces y el tiempo se me hace eterno–, aunque me siento un poco en el aire y como que no sé muy bien lo que tengo que hacer, de alguna forma, como si estuviera jugando a que hago algo que realmente no tiene una importancia vital, sólo porque a mí me parecen cosas fáciles y nimiedades. Ahí es cuando me acuerdo de los días, ya bastante lejanos, en el piso 20 del edificio de Bancolombia, a donde hacía pataleta para que me llevaran. Y bueno, tampoco voy a negar que extraño el tiempo en que tenía más autonomía, en que recibía gratas sorpresas que ya no son, y que me hacen una falta enorme algunas personas. Pero, fuera de todo, me alegra saber que me he ganado lo que me merezco, que aunque extrañe mucho algunas cosas (incluidas ciertas personas) no las necesito, que se abren varias e interesantes posibilidades, que una de las personas que realmente me importan en la vida me sigue queriendo a pesar de todo y que hay formas factibles de lograr en poco tiempo algo que quiero y cuya sola posibilidad de ser me hace feliz.
Monday, January 17, 2005
Resumiendo de rapidez los hechos que han acaecido durante los primeros días de este nuevo año, debo decir que, en general, ha empezado bien la cosa y pinta como un año bastante productivo. Mientras que casi todo el mundo a mi alrededor sigue en vacaciones, en algunos casos prolongadas a voluntad (lo mejor que le puede pasar a uno en la vida), yo tengo que madrugar y producir. En fin. Nevó por mi casa… Nunca creí que viviría para ver algo así por aquí, pero sí. Y que no me vengan a decir que cayó granizo, porque literalmente nevó: baste decir que el parque estaba totalmente blanco. Lo malo fue que no pude disfrutarlo debido a las nuevas obligaciones contraídas en los últimos días. Por otra parte, los lugares que he empezado a frecuentar en la última semana, y que harán parte de mi cotidianidad por los próximos seis meses, ofrecen múltiples posibilidades de recrear la vista. Las cosas, hasta ahora, están bien y van mejorando cada día. Ahora tengo una vista privilegiada y es raro cómo la vida me devuelve a recuerdos de mi niñez y me conecta con cosas del pasado.
Tuesday, January 04, 2005
Esta mañana, me desperté a las 4:30 y me asomé a la ventana, pensando que tal vez esa fuera la última noche que pasara ahí -pero no sabía que efectivamente lo era-. Y pensaba en que nunca más volvería a ver esa calle larga donde veía pasar carros a lo lejos; y esa esquina iluminada de amarillo que tanto me gustaba; ni mucho menos esa cantidad de casas y edificios que se extendían hacia el poniente, que en las tardes -y también en las noches y, cómo no, las mañanas azules- me hacían pensar en alguien a quien sentía más cerca cuando miraba hacia allá. Y ese cielo tan inmenso, tan infinito... y esos atardeceres tan rojos, tan violetas, tan... Y al ver la esquina con su luz amarilla, me acordaba de esa madrugada lluviosa -y una noche igual- en que la calle devolvía el reflejo de la luz, empapada por el agua.
Ahora, en este cuarto, esta lámpara es suficiente para que esté todo lleno de luz, mientras el otro se extendía el doble, tanto que el final quedaba en la sombra. Escucho casi los mismos ruidos, pero son más fuertes y más constantes. Sin embargo, creo que las tardes aún pueden seguir siendo tan... y, de pronto, aún más. Y, si fuera posible ver todos los estados de cosas de todos los momentos en un sólo instante, también estaría ese beso que ahora parece algo perteneciente a una vida lejana y totalmente ajena.
Mi lugar. Mi-lugar. M-i-l-u-g-a-r... Raro. ¡Mi lugar! ¡MI LUGAR! Tiempo y costumbre. Creo que mañana aclarará más temprano que de costumbre... y todo fue más fácil de lo que yo esperaba, pero es extraño. Parece que este año no me dio tiempo antes de empezar con las sorpresas y las cosas bizarras. Ja. Yo sigo de visita, de viaje; pero creo que me acostumbraré.
---Ah, tambíén vale decir que, muy a mi pesar, me ausentaré por un tiempo... indefinido, si me atengo a los hechos actuales. Espero que no sea mucho.---
La canción del día: Crush, Dave Matthews Band.
Ahora, en este cuarto, esta lámpara es suficiente para que esté todo lleno de luz, mientras el otro se extendía el doble, tanto que el final quedaba en la sombra. Escucho casi los mismos ruidos, pero son más fuertes y más constantes. Sin embargo, creo que las tardes aún pueden seguir siendo tan... y, de pronto, aún más. Y, si fuera posible ver todos los estados de cosas de todos los momentos en un sólo instante, también estaría ese beso que ahora parece algo perteneciente a una vida lejana y totalmente ajena.
Mi lugar. Mi-lugar. M-i-l-u-g-a-r... Raro. ¡Mi lugar! ¡MI LUGAR! Tiempo y costumbre. Creo que mañana aclarará más temprano que de costumbre... y todo fue más fácil de lo que yo esperaba, pero es extraño. Parece que este año no me dio tiempo antes de empezar con las sorpresas y las cosas bizarras. Ja. Yo sigo de visita, de viaje; pero creo que me acostumbraré.
---Ah, tambíén vale decir que, muy a mi pesar, me ausentaré por un tiempo... indefinido, si me atengo a los hechos actuales. Espero que no sea mucho.---
La canción del día: Crush, Dave Matthews Band.
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