Saturday, June 05, 2004

EL ÁNGEL

Que el hombre no sea indigno del Ángel cuya espada
lo guarda desde que lo engendró aquel Amor que mueve
el sol y las estrellas hasta el Último Día en que
retumbe el trueno en la trompeta.
Que recuerde que nunca estará solo. En el público
día o en la sombra...
Señor, que al cabo de mis días en la Tierra yo no
deshonre al Ángel.

Jorge Luis Borges.